Robos, rateros y expresiones coloquiales

¿Por qué los términos "aviador", "acrídido" y "chanchullo" son bien reconocidos por los yucatecos?

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Los yucatequismos son expresiones espontáneas propias, referidas a situaciones particulares, y nuestro español está repleto de ellos. Para designar los delitos comunes de robo o hurto, es común el empleo de frases mayas como okol tso’ (de ookol, robar, robo y tso’, pavo. Lit. “El que roba pavos”). Con la voz ookol, antepuesta a otras palabras, en especial de animales, se forman: ookol kaax/wakax/k’éek’en (ladrón de gallinas/de ganado/de cochino, respectivamente).

Otra expresión propia del habla del yucateco es okol-diario (del maya ookol y diario, sueldo u honorario). Don Jesús Amaro Gamboa dice que este hibridismo es muy ilustrativo gracias al auxilio de la lengua maya. El o la ookol-diario es la persona que no gana su salario; que convierte el puesto o cargo para el que fue nombrado, por una institución (pública o privada), en canonjía o lucro. En otros términos, es el o la aviador/a que sólo aterriza en fechas de quincenas a cobrar su sueldo. La expresión significa, entonces, “persona que cobra su sueldo sin trabajar ni asistir al trabajo”.

Hablando de funcionarios públicos, en los 70 y 80, se aplicó en Yucatán el mote de acrídido al burócrata incumplido y al político deshonesto que cobraban sin ir a trabajar. Funcionarios corruptos que, como las voraces plagas de langosta, son un desastre natural devastador.

Otra forma coloquial de llamar al manejo ilícito de recursos para conseguir un fin y, en especial, para lucrarse es chanchullo (derivado de chancha, embuste, mentira).

Alguna vez los yucatecos identificaron chanchullo como mayismo (de chan, chico, pequeño, y ch’úuy, gavilancillo de comportamiento rapaz que vuela en picada para apoderarse de su presa y llevársela colgante). En este contexto, chanchullo sería, pues, “pequeño hurto”.

De hecho, ch’uyar (hibridismo del maya ch’úuy, alzar, más la terminación del español –ar) es un verbo que pasó a significar “robar”: “¡Ponte abusada no te vayan a ch’uyar nada!”, “Ch’uyé calabazas de la milpa”.

De Cuba nos llegó bailar, para indicar la acción de tomar para sí, robar con o sin violencia: “Coño, me bailaron mi bicicleta en el parque”. “Le bailaron su cartera en el Lucas de Gálvez”.

Otros calificativos específicos para rateros son carterista (delincuente que sustrae la cartera a la víctima para apropiarse de los billetes o tarjetas de crédito); abigeo (ladrón de ganado ovino, vacuno o caprino, quien generalmente lo hace en los ranchos).

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