Los tiempos cambian

Días después del sismo del 19-S me tocó asistir a uno de los muchos centros de acopio(*) que se abrieron en la ciudad.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Días después del sismo del 19-S me tocó asistir a uno de los muchos centros de acopio(*) que se abrieron en la ciudad. La gente nunca paró de ayudar: asistían desde abuelitos que caminaban con dificultad hasta los más jóvenes, muchachos que salían de la escuela y juntaban sus “gastadas” para comprar una despensa. Sería tonto pensar que alguna generación se hizo indiferente a la situación; sin embargo, algo que me parece interesante es la manera en la que la gente expresa su ayuda dependiendo de la edad: cuando los adultos o abuelitos entregaban sus apoyos pocos accedían a ser fotografiados para los medios o para que los mismos centros divulguen la ayuda, incluso se ocultaban como si estuvieran haciendo “algo malo”. Al contrario, los jóvenes mostraron sin pena alguna o incomodidad su alegría al ayudar y hasta eran ellos quienes compartían fotografías en redes sociales donde “presumían” sus donaciones e invitaban a colaborar.

Esa actitud va más allá de la humildad o la presunción de los actos, tiene que ver directamente con la forma en la que expresamos nuestras emociones. Los que ahora son padres o abuelos fueron educados para muchas veces no demostrar lo que sentían, quedarse callados y respetar jerarquías. Eran pocas las ocasiones en las que se les permitía compartir sus emociones o tomar una posición ante ciertas situaciones. Las cosas son totalmente distintas ahora. Muchas veces se alienta a los niños a expresar lo que sienten y a compartir con los demás sus ideas y, en ese sentido, es premiado mostrar empatía con los demás. Y no es que en épocas anteriores no se haya apoyado en situaciones como éstas (México es un país diferente por el corazón de sus personas), es que las épocas han cambiado y la forma de ayudar también, ¿no?

Quizá aquellos lugares que abrieron centros de acopio durante estos días deberían mantenerlos de forma permanente. Siempre existirá gente que necesite ayuda y gente dispuesta ayudar.

Lo más leído

skeleton





skeleton