Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Adelina Erosa Pérez sumará hoy 100 años de vida, tiempo lleno de anécdotas, alegrías  y experiencias, que compartirá con sus seres queridos provenientes de distintas partes del mundo.

Vendrán para celebrar a la tía más querida de la familia, quien desde el mensaje de invitación del festejo revela su pasión por la vida al decir: “No vengas a mi velorio, ven a mi fiesta”.   

En entrevista recordó sus matrimonios, entre ellos el breve tiempo con Felipe Carrillo Palma, hijo de Felipe Carrillo Puerto.

Habló de su paso por la vida editorial, deportiva, en el cine, viajes y en los negocios, siempre acompañada por sus hijos y con la clara visión que ellos eran su motor y prioridad. 

Adelina, sobresalió en varias áreas como la deportiva, la cual no deja hasta días recientes y de la cual guarda el hermoso recuerdo y orgullo de haber pertenecido al ballet acuático de la legendaria Esther Williams (1921-2013), con quien participó en varias películas.

Fue amiga de expresidente de México Miguel Alemán Valdés (1900-1983) quien la impulsó para crear una agencia de edecanes para convenciones nacionales e internacionales y fundó una revista turística y de sociales llamada “Fiesta”.

Hoy con una lucidez envidiable, es autosuficiente y sigue viviendo con alegría cada momento.

“Soy Adelina Erosa Pérez, no tengo otro nombre, madre de dos hijos y viuda tres veces”, dice sonriente al presentarse y comenzar el relato sintetizado de un centenario de experiencias. 

Hoy celebrará con una misa de acción de gracias en la capilla de María Reina de la Familia y luego en una recepción en el Hotel Misión Expreso Altabrisa. 

Sus cumpleaños son acontecimientos, como el número 96, cuando deseó festejar en un crucero, acompañada de su sobrina Cecilia Bejarano Erosa. 

El viaje se quedó para la historia no sólo para ella sino hasta para la tripulación, porque sus ojos azules, cabellos de algodón y dulce rostro, fueron confundidos con los de la actriz Gloria Stuart (1910-2010), quien interpretó en su etapa adulta al personaje de Rose, la protagonista de la película Titanic.

“Me pedían autógrafos y fotos, hasta hacían filas para fotografiarse a mi lado, la verdad me la pasé maravillosamente en ese viaje, fue inolvidable”, apuntó.

Su primer matrimonio con Felipe Carrillo Palma, aunque breve, le dejó los dos regalos más importantes de su vida, sus hijos Rocío y Felipe, quienes le han regalado una descendencia que la respeta, la admira y la quiere.

“Vivan la vida con alegría, sólo es una, por eso les digo a mis invitados y ya se quedó la frase desde hace varios cumpleaños, para que no vengan a mi velorio, mejor a mi fiesta”, finalizó Adelina.