En estas épocas de climas locos y polinización, los casos de asma aumentan y con ello la cantidad de pacientes que acuden a la consulta con padres desesperados debido a que su pequeño o pequeña no puede respirar.

El asma es una inflamación de los bronquios, mangueras que llevan aire a los pulmones. Por tanto, al inflamarse, se cierran parcialmente evitando la respiración. Existen muchas causas, como las alergias a polen, polvo y pelo de animales y ocurre principalmente en la infancia. También hay diferentes tipos de tratamientos, entre los cuales se encuentran los de control como la teofilina y los de rescate como el salbutamol, el cual se emplea durante una crisis asmática. Durante esta crisis el paciente refiere una sensación de ahogamiento, opresión en el pecho y sibilancias pulmonares, las cuales el médico auscultará para llegar al diagnóstico.

Durante la consulta he visto a varios padres que en su angustia al no tener un medicamento de rescate caen en tremenda frustración, ansiedad y culpabilidad al observar el sufrimiento de su hijo; sin embargo, algunas investigaciones científicas, entre la que destaco el análisis realizado por la revista Cochrane, revelan que la cafeína puede emplearse como un método de rescate para la crisis asmática en lo que se lleva al paciente a un recinto hospitalario y así posiblemente prevenir las consecuencias catastróficas de la falta de oxigenación.

Resulta que la cafeína es una metilxantina como la teofilina, la cual tiene acción broncodilatadora reduciendo la inflamación bronquial y permitiendo una adecuada función pulmonar hasta por 4 horas, suficiente para llegar al hospital, ¿cierto? La cafeína se encuentra en el café, el té, los refrescos de cola y el cacao. Así que si tu hijo padece una crisis asmática y no tienes un medicamento de rescate, puedes darle una mágica y cargada taza de café en lo que corres al doctor.