Desprendimiento estratégico

La llamada política del agandalle, que consiste en acaparar todos los puestos...

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La llamada política del agandalle, que consiste en acaparar todos los puestos para los miembros del grupo que logra imponer a su candidato para la elección principal, relegando a las demás fracciones del mismo partido, propia de organizaciones con un desarrollo precario de su vida democrática interna, no siempre contribuye para obtener buenos resultados electorales; todo lo contrario, pues genera reacciones negativas entre los segregados  que van desde la inacción o falta de colaboración en las campañas de sus “correligionarios” hasta los desprendimientos para encabezar el enfrentamiento directo.

Algunas de esas escisiones pueden catalogarse de estratégicas, por ejemplo, cuando Xavier Abreu se hizo de la candidatura del PAN al Gobierno del Estado, de manos de Patricio Patrón y con Fox en la Presidencia de la República, y sobreestimando las circunstancias a su favor decidió dejar fuera de la jugada a Ana Rosa Payán, no pudo prever que ella tomara la decisión de acudir a otro partido político para enfrentársele. Muchos creen que por ese motivo perdió.

Con los órganos de decisión del PAN cooptados por Ricardo Anaya, el agandalle ha sido elevado a política nacional, como se vio con su manera de apropiarse de la candidatura presidencial, segregando a Margarita Zavala,  pero también queda en evidencia a lo largo de toda la república: el presidente del Comité Directivo Estatal del PAN de Nuevo León, por ejemplo, renunció hace unos días.

Yucatán no podía ser la excepción. Aquí, la semana pasada, Joaquín, “Huacho”, Díaz Mena, denunciando los engaños que le infligió la directiva local del PAN, renunció a sus 17 años de militancia y decidió aceptar la propuesta de Morena para buscar la gubernatura por el partido de AMLO, dejando coja la campaña de Mauricio Vila, a la que “Huacho” le hubiera otorgado el complemento rural.

Y aunque dicen que en las decisiones políticas los valores tienen su importancia, no podemos descartar la influencia que en ellas ejerce el cálculo.

Aparte de que los desdenes que sufrió en el PAN fueron sustituidos en Morena por la deferencia del trato personal de López Obrador, en la decisión de Joaquín Díaz debió influir el cálculo de que es más probable el triunfo del tabasqueño sobre el queretano que al revés, lo que hace más atractiva y jugosa la recompensa que obtendría en caso de no  alcanzar la gubernatura, incluso que la que le hubiera otorgado Vila si ganara con su apoyo.

Lo que significa que la falta de oficio político de Anaya para cabildear con los integrantes de su propio partido, al ser replicada por las directivas locales del PAN, ha desatado desprendimientos estratégicos que pueden mermar considerablemente sus posibilidades de triunfo, sobre todo en las entidades de alta competencia.

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