Grupo Espeleológico Ajau

En cada generación, algunos alumnos ingresaban y otros desertaban, excepto unas valerosas chicas que se sostuvieron en el esfuerzo.

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Impresionante estampa desde una gruta que es explorada por los audaces integrantes de Ajau, comandados por el antropólogo Carlos Evia. (Sergio Grosjean/SIPSE)
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Sergio Grosjean/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Los mayas suponían que la entrada y la frontera al inframundo se hallaban en las hondas quebradas de los bosques, en las grietas profundas de la tierra, en las sombrías cavernas, en las aguas cubiertas de verdes nenúfares o en los obscuros cenotes. Entre los grupos mayances existía la convicción de que al fallecer una persona, ésta recorría un largo camino con dirección al mundo de los muertos denominado inframundo o Xibalbá. En ese fantástico sitio moraban los antepasados y los seres sobrenaturales.

En el pasado existían cavidades que se convirtieron en lugares de peregrinación a los que incluso acudía gente de otras regiones y algunos de los ritos que se celebraban en las cuevas estaban comúnmente relacionados con el ciclo agrícola. Estas formaciones siguen teniendo una enorme importancia en el mundo maya actual, y aunque prevalecen diversas prácticas de su milenaria veneración, el significado ha variado para los actuales pobladores. 

Sin embargo, para haber plasmado estas líneas, fue básico aprender de quienes se han internado en las entrañas de la tierra, es decir, de los espeleólogos. El desarrollo de la Espeleología en Yucatán tiene sus antecedentes desde el siglo XIX, pero su aplicación, por parte de los espeleólogos yucatecos, se hace patente en la última mitad de siglo XX y a principios de esta centuria. En el presente, existe en Yucatán un grupo espeleológico que ha cumplido 20 años aportando conocimientos a nuestra cultura gracias al enorme trabajo que han realizado con recursos propios y mucha pasión.

El 25 de febrero de 1997, un grupo de alumnos de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY, comandados por el maestro Carlos Evia, partieron a la cueva de Xpukil, ubicada en el pueblo de Opichén, cercano al sitio de Calcehtok. Ese día, el maestro, en conjunto con Fátima Tec, Verónica Sulú Pool, Pablo Rivero, Margarita Ruiz, Luciano Ruiz, Cecilia Lizarraga, Rommel Gallegos, Erick Padilla, Justo Flores, Lizbeth Mendicuti, Román Mier, Isela González, Karla Caballero, Héctor Hernández, Karina Padilla, Paula Canul y Julio Hoil, salieron a su primer recorrido.
Al transcurrir los meses continuaron las expediciones hacia diversos rumbos del estado, pero  como muchas veces suele suceder, la adrenalina fue mermando y paulatinamente los muchachos fueron perdiendo el entusiasmo y solamente Fátima Tec se mantuvo en el grupo como hasta el presente.

En cada generación, algunos alumnos ingresaban y otros desertaban, excepto unas valerosas chicas que se sostuvieron en el esfuerzo. Sin embargo, pronto quedó claro el objetivo de este Grupo: la generación del conocimiento académico en torno a las cuevas y cenotes visitados.

También se definió que el enfoque social del grupo  Ajau sería que los resultados obtenidos fueran de utilidad a las comunidades con las que se hacía contacto. Los integrantes del grupo se aliaron con los guías locales de los municipios en donde se exploraba.

Con el transcurrir de los años se perfeccionaron las técnicas de exploración y, por consiguiente, se acrecentó la calidad de los resultados. Las instituciones gubernamentales de todos los niveles, sociedades ejidales, asociaciones civiles, incluso propietarios privados de las grutas, comenzaron a requerir de diagnósticos, planimetrías, registros de evidencias culturales y todo lo que la agrupación espeleológica ya sabía hacer.
Con la esta experiencia acumulada comenzaron  a surgir libros, capítulos de libros, artículos, reportes en la prensa y conferencias. Muchos de los artículos fueron publicados en Yucatán, en otros estados de México y en distintos países.

Las alianzas

En el año 2005, el grupo se afilió a la Unión Mexicana de Asociaciones Espeleológicas, la cual celebra cada dos años su Congreso Nacional Mexicano con participantes del país y de otras naciones. En el año de 2013, Ajau organizó este evento con el absoluto respaldo de la Universidad Autónoma de Yucatán. Precisamente en este espléndido evento tuve la fortuna de presentar mi libro “Secretos de los Cenotes de Yucatán”.

De igual forma, durante los últimos años al grupo espeleológico Ajau se han afiliado personas de otras disciplinas y de otros estados de la República Mexicana.

Así fue como las inquietudes juveniles de este grupo de ocho mujeres y dos hombres se transformaron en objetivos científicos. Finalmente, luego de 20 años de existencia y cimentados por la disciplina, recursos propios y lazos amistosos que los une, Ajau continúa aportando importantes conocimientos a nuestra sociedad y cultura, por lo que les rendimos un caluroso homenaje a estas mujeres y hombres que han perpetuado esta asociación. 

Mi correo es [email protected] y Twitter:@sergiogrosjean.

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