'Nunca voy a olvidar a ese alux que vi'

Fernando Alpuche Molina cuenta lo que le ocurrió en un rancho de Tizimín.

|
Esta es la capilla de San Andrés Chulub, en Muna, situada aparentemente cerca de la casa donde está un muñeco poseído por el alux conocido como Thiago. (Jorge Moreno/SIPSE)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Jorge Moreno/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- En días pasados platiqué con don Fernando Alpuche Molina, meridano que a sus 71 años de edad es considerado un experto en los temas de leyendas mayas y principalmente sobre los “aluxes”.

Comenta que desde que tenía 21 años de edad se empezó a interesar sobre este tema a raíz de una experiencia personal que tuvo en el rancho de su padre.

“A esa edad yo en ocasiones ya había escuchado hablar sobre los aluxes, los vaqueros que trabajaban en el rancho de mi papá en Tizimín lo comentaban con frecuencia, pero yo pensaba que sólo eran leyenda y vaya que estuve muy equivocado”, dijo.

Y agrega: “Recuerdo bien que al cumplir 21 años pasamos el fin de semana en el rancho, pues en ese entonces ya radicaba en Mérida pero con frecuencia íbamos ahí; entonces salí a buscar unos rábanos que se habían cosechado en el patio, cerca de la cocina de la casa grande (casa principal), entre las yerbas de pronto vi cómo se movió algo de forma violenta, como si algo huyera, al principio creí que era un “toloc” (iguana), pero al observar hacia dónde se fue, para mi sorpresa y terror vi un pequeño hombrecillo, de unos 40 centímetros, pegué un grito y me fui, todo fue en cuestión de segundos, los cuales me parecieron una eternidad”.

“Se lo platiqué a mis papás y a los empleados que estaban en ese momento ahí y con una sonrisa pero guardando todo respeto dijeron que era “Rafa”, el alux que vivía cerca de la casona, yo no entendía a que se referían, pero ya con más calma me platicaron que en el rancho había al menos tres aluxes que cuidaban toda la propiedad, y “Rafa” era el que siempre estaba cerca de la casa principal (los otros dos en el área de los corrales y más al fondo en el monte)”.

“Si yo no lo hubiera visto con mis propios ojos, muy posiblemente me hubiera echado una carcajada en ese momento, pues debo confesar que en ese entonces yo estudiaba en la ciudad (Mérida) tenía mis aires de superioridad o de metropolitano y no creía en esos temas ni lo de Juan Tul, la Xtabay, etc. que siempre contaban, pero por fortuna con el paso del tiempo se me quitó la altivez”.

“Nunca voy a olvidar a ese alux que vi, con una cara humana pero muy envejecida, sus ojos con el brillo de vida que sólo tienen los humanos o los animales, sus manos eminentemente humanas, pero envejecidas y en miniatura, el alux se detuvo cuando corrió porque quedó cercado, es decir por donde iba a huir sólo había un muro y no tenía por donde huir, como quien dice, lo agarré descuidado, creo que si yo no me hubiera ido corriendo podría haberme acercado poco a poco y verlo con más detalle”.

Larga experiencia

“A partir de ese momento me empecé a interesar en estos temas y a lo largo de los siguientes 50 años he podido platicar con cientos de personas que han tenido la dicha y experiencia de ver aluxes, pues algo que me ayudó que estudié para ingeniero agrónomo y por muchos años trabajé en el campo, por lo que convivía con mucha gente acostumbrada a estos temas”.

“Para mi desgracia solamente en un par de ocasiones más pude ver a los aluxes, pero fue de más lejos y menos tiempo, pero sin duda los relatos que me han platicado son sumamente interesantes”.

Cuestionado sobre el relato más impactante que le han contado, dijo:

“Lo que más sorpresa me ha causado es que un alux puede poseer un objeto inanimado como por ejemplo un muñeco, me han platicado algunos casos y suenan increíbles pero son ciertos, un caso pasó en Muna, en donde a un alux le gustó un muñeco tipo ventrílocuo que habitaba en la casa del terreno que cuidaba y su fuerza espiritual se la pasó a este muñeco, el cual cobraba vida sobre todo por las noches, fue un caso verídico y muy sonado hace un par de décadas”, finalizó.

Este caso que menciona tiene muchas similitudes con el caso del alux conocido como “Thiago”, que también proviene de la villa de Muna. De hecho, con los datos y nombres que me dio don Fernando en estos días estaré viajando a ese sitio para conocer de primera mano la historia y buscar a ese muñeco o al alux Thiago, pues afirman que hasta la fecha permanece “resguardado” en una casa de ahí. Ya les estaré informando.

Lo más leído

skeleton





skeleton