El niño fantasma que ronda el hospital del Issste
En Mérida, hay varios reportes de un pequeño que camina en los pasillos del centro médico.
Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hace unos días se comunicó conmigo Miguel Arjona para preguntarme si no estoy enterado de algún “reporte fantasma” en el Instituto de Seguridad Social y Servicios para los Trabajadores del Estado (Issste), en Pensiones.
Dice que a finales del mes de febrero pasado su familia vivió ahí un episodio extraño:
“Por cuestiones de salud tuvimos que ingresar a mi mamá ahí para una operación, y por dos noches consecutivas, tanto mi esposa como mi hermano y un servidor, vimos a un niño deambulando por los pasillos que de pronto desapareció; se lo comenté a un camillero, quien me dijo que era normal que de pronto hayan apariciones de almas en pena, ya sea de niños o adultos. Me sorprendió que lo tome con tanta naturalidad”, dijo.
No es el primer reporte que me han llegado de ese hospital, aunque como en muchos casos, no existe alguna evidencia en video, foto o audio, al menos hasta ahora.
La historia de Juanito
Pero hablando de hospitales del Issste, un caso muy sonado en todo el país es el de Tijuana, Baja California: el espíritu que deambula sí tiene nombre y apellido; de hecho, así lo dio a conocer el reportero Miguel Cervantes hace un tiempo:
“Tras ingresar al hospital del Issste en Tijuana por un problema renal que al final lo llevó a la muerte, Juanito, un niño de seis años que fue abandonado a su suerte por su madre en el nosocomio, se convirtió en una leyenda entre enfermeras y médicos del lugar”.
Se quemó parte del "bunker" del IMSS en Pensiones. Léelo aquí.
Ante la falta de algún familiar que se responsabilizara del niño, el personal médico se hizo cargo del menor, cuya característica era su buen carácter, amigable con otros pacientes y hacia el personal femenino de la institución. A mediados de 1996, luego de casi medio año de su ingreso, Juanito (así fue registrado en su ficha) sufrió una infección y severas complicaciones. Murió.
Algunas enfermeras se consolaron al saber que no le faltó cariño, pues el amor se le multiplicó entre el personal que lo atendió. Fueron tantas veces las que estuvo presente entre las enfermeras, que tomaron las apariciones como eventos normales en el interior del hospital.
Lo que no supieron en el hospital es que el espíritu de Juanito se había "fugado" hacia una joven mujer que tenía las características de su madre. Fue en el año 2000, cuando esa mujer adolescente, llamada Angélica, tenía 16 años, fue internada por padecimientos renales.
"Estuve un par de días internada y fue la primera ocasión en que vi al niño. Se me acercó y me hizo algunas preguntas y todo fue normal. Yo no tenía por qué pensar que algo extraordinario pasaba, pues no conocía la historia que en el hospital era ya algo común".
"Pero empecé a sentirme mal meses después, cuando en otros lugares lo veía junto a mí y no sabía por qué. Era la misma personita que vi en el hospital. Creía que era coincidencia".
"La gota que derramó el vaso fue cuando durante una madrugada me desperté y después de un sueño se me quedaron grabadas las palabras que yo creía que eran de otro idioma: 'emarébil y sobac ata'. Después de varias horas, descubrió que puestas al revés las palabras significaban: "ata cabos y libérame".
Angélica fue convencida por una amiga para que visitara a una vidente en Tijuana."La vidente que yo no conocía, inmediatamente me dijo que venía otra persona 'pegada' a mí y que era un niño. Un niño que quizá en la infancia se le había unido por razón desconocida".
Hasta entonces, Angélica no sentía temor de la presencia del niño, pero la vidente le aseguró que algo mal podría resultar de esa unión y le aconsejó acudir a una iglesia, donde debería invocar en voz alta las palabras: "Que tu espíritu alcance la luz, paz y progreso".
"A partir de esa visita, yo sentí que el niño se liberó de mí y que después de estar atrapado entre dos mundos, por fin pasó al de los muertos", finalizó.