Fantasma "viajero" atormentaba a familia, en Progreso
Pensaban que mudarse acabaría con el acoso del alma en pena, pero no fue así.
Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hay personas que al ver situaciones extrañas o paranormales en su optan por mudarse incluso de ciudad; sin embargo, en muchos casos, esto es inútil, ya que a donde vayan van a ser “perseguidos”.
Esto lo comentamos por la investigación que les presento en esta ocasión, la cual hice en el puerto de Progreso a una familia -prefiere guardar el anonimato- para evitar burlas.
La historia comenzó en Minatitlán, Veracruz, cuando una familia (compuesta por el papá, la mamá y tres hijas) empezó a notar cosas extrañas en su domicilio, veían una sombra que se paseaba por la sala y el comedor, y sentían un olor muy raro, decían que como azufre.
Pasó el tiempo y nada cambió; era tal el miedo de la familia que para salir a la calle lo hacían por el pasillo, con tal de no pasar por la sala; a los pocos días, le llegó una oportunidad de trabajo al papá (es maestro) en Oaxaca, y no lo pensaron mucho, decidieron marcharse ahí.
A las pocas semanas, empezaron a ver esa misma presencia en la casa que rentaban; pero en esta ocasión fue peor porque notaban que las cosas de pronto se caían: “No había viento y de pronto hasta los adornos de porcelana se levantaban, como si levitaran y luego eran aventados al piso; buscamos a un santero en esa población, y nos dijo que era un ánima maligna que nos estaba persiguiendo.
“Casualmente a los pocos días me despidieron del trabajo y por primera vez en mi vida me dio gusto que lo hicieran, porque así podría abandonar esa casa que rentábamos; entonces decidimos venir a probar suerte a Yucatán, aprovechando que tengo un tío en el puerto de Progreso y pues nos venimos todos para acá, explicó el jefe de la familia.
“Cuando llegamos al puerto (en el año 2011), al principio todo pintaba bien, el primer mes nos encomendamos en la casa de mi tío, pues nos dio trabajo a mi esposa y a mí; ya poco después rentamos una casita ubicada cerca de “La Fuente”, y fue ahí cuando de pronto empezamos a ver la misma sombra que nos atormentaba tanto en Minatitlán como en Oaxaca.
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“De hecho eso ya nos dio mucho más miedo porque pudimos darnos cuenta de que nos siguió, y que aunque nos fuéramos a otro sitio, de todos modos nos perseguiría; acudí con varios sanadores y santeros pero nadie pudo ayudarnos, unos decían que se trataba de un demonio, otros que el alma en pena de un difunto y hasta nos dijeron que era un alux o duende maya, pero la verdad que eso continuaba pasando.
Cabe mencionar que estuve en dos ocasiones visitando esa casa y pude darme cuenta que se trata de un ánima viajera que quedó arraigada a la familia, por eso la seguía a donde se moviera, y durante la investigación, descubrimos que lo único que quería era una oración y velas en su honor, ya que cuando falleció, fue enterrado en una fosa común y sus familiares nunca se enteraron de esto, ya que radicaban en el centro del país”.
A los dos meses de realizar esto, la familia se comunicó conmigo para informarme que todo ha vuelto a la normalidad y que ahora ya están más tranquilos, ya duermen mejor e incluso se han acabado las discusiones entre ellos, las cuales se daban por la tensión y el miedo que tenían al ver esa sombra.