Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En días pasados, personas que viven en el municipio de Samahil (ubicado a poco más de media hora de Mérida) me reportaron que nuevamente han visto a una especie de perro enorme en el interior del cementerio de esa población.

Afirman que el perro tiene un medallón en el cuello y su comportamiento no es normal; argumentando que podría tratarse de un Huay peek, quizás el mismo que rondaba por ahí hace varios años.

Y aunque por ahora no existe ninguna prueba, más que comentarios de los pobladores, hay que recordar que en Samahil se dio hace unos años uno de los casos más sorprendentes al respecto, ya que los propios policías pudieron balear a un Huay peek que intentaba profanar las tumbas de ese mismo camposanto.

Tumbas profanadas

Esto ocurrió el 24 de julio de 2006, con el reporte por parte de unos vecinos a las autoridades, pues al acudir al cementerio de esta localidad a ver a sus difuntos notaron que tres tumbas estaban profanadas.

El oficial de policía Luis Alberto luitz Poot comentó lo siguiente: "Acudimos al lugar y efectivamente vimos que tres de las tumbas las habían intentado abrir, por lo que se decidió que se montara guardia y que se hiciera vigilancia especial al cementerio, ya que pensamos que podría tratarse de un perro rabioso o algo así. 

“Estuvimos tres días seguidos, y el lunes, mientras estábamos ahí tres compañeros, incluido el comandante y un servidor, vimos una especie de animal como un perro que estaba parado, que se escondió cerca de una de las tumbas. Al acercarnos un poco le disparamos con perdigones calibre 12 y las balas no le hicieron nada; empezó a sangrar, pero tenía más fiereza, se fue brincando la barda y en vez de que huyera se fue sobre la camioneta, en donde estaban los otros dos policías, se le intentó disparar, pero ya no se pudo, pues se trabó la escopeta, quizás por el nervio de ver esa cosa cerca de nosotros".

El secretario municipal de ese entonces, José Luis Ciau Medina, estuvo presente durante esta entrevista y confirmó todo lo antes señalado, y dijo que al principio trataron de no decir nada para que no se atemorice al pueblo, pero la gente se enteró y corrió la voz.

No era un perro, dicen

Por su parte, Humberto Várguez Uc, uno de los oficiales que estaba cerca de la camioneta, afirmó que lo que vio esa noche nunca antes lo había visto: "Era como un animal muy grande, no era un perro estoy seguro; tenía los ojos rojos y brillaban. Jamás había visto algo similar".

Luego de los disparos, al animal se fue hacia el monte, perdiéndose entre la maleza no sin antes dejar un rastro de sangre en la acera que está frente al panteón.

Todos coincidieron en que ese extraño animal o ser maligno tenía una especie de medallón colgado en el cuello, por lo que hace suponer que quizás se trataría de un brujo que se transformó (Huay Peek), además, casualidad o no, las tres tumbas profanadas corresponden a difuntos de la comisaría de San Antonio Chum.

Cuando hice la investigación y las entrevistas apenas había pasado una semana del ataque del profanador de tumbas, por lo que le pedí a los oficiales que acudiéramos al lugar de los hechos para hacer una inspección de campo y una recreación; ahí, casi a la media noche me mostraron con detalle todo lo que vivieron al tener frente a ellos al Huay pek.

En municipios cercanos como Kinchil, Tetiz, Umán y Hunucmá, también se dieron en su momento reportes similares por parte de vecinos que veían cerca de los cementerios o incluso en su interior a seres en forma de "perros muy grandes" y ahora, a varios años de distancia, al parecer esto está ocurriendo de nuevo; estaremos ahí investigando en los próximos días.