Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hoy presento un relato que me platicó hace un tiempo Ana María Sulub, de 31 años y vecina de la ciudad de Mérida; ella era muy apegada a su abuelita debido a que ésta prácticamente la creció desde que era una niña; cuando cumplió 17 se fue a vivir a Umán, pero de forma muy frecuente la visitaba y se quedaba por horas con ella.

Un día, la señora sufrió un infarto y falleció; su muerte fue sorpresiva porque a pesar de que ya era de avanzada edad (79 años), no había estado enferma ni daba síntomas de cansancio. Esto le causó mucho dolor a la nieta, quien afirma que hasta el día de hoy no puede superarlo (la muerte fue hace cinco años).

Ella acostumbra ir al cementerio a platicar en la tumba de su abuelita, le cuenta cómo le va en el trabajo o en la casa, alegrías, tristezas, logros y retos, en fin, le habla como si aún viviera.

En una ocasión, ella le pidió a su abuelita que le diera alguna señal de que estaba cerca o que la podía ver o escuchar, pero en ese momento no recibió nada que le hiciera suponer que fuera una respuesta.

Pocos días después fue el cumpleaños de Ana María, ésta escuchó que tocaron la puerta de su cuarto mientras dormía y preguntó quién era sin obtener respuesta, así que se paró a ver quién llamaba, pero no vio a nadie en la puerta, pero, al voltear descubrió en su tocador varios ramos de flores rojas, esta visión se mantuvo por un rato hasta que poco a poco se fueron desvaneciendo.

¿Sueño o realidad?

Se puso a recordar que le había pedido la señal a su abuelita y relacionó todo desde que tocaron la puerta hasta la visión de las flores. Se sintió muy bien pero tenía la duda de que si sólo era algo que soñó pero ella esta segura de que estaba despierta.

Las visiones se podrían relacionar al periodo del sueño “MOR”, que es en el que una persona no se encuentra completamente dormida y que muchas veces nos hace relacionar sonidos aromas e imágenes con algo imaginado o creado por el cerebro. Es común cuando por ejemplo estamos empezando a dormir y esta encendida la TV o la radio, y relacionamos los sueños con algo que este pasando en la programación.

Podríamos pensar que entonces esta sería la explicación lógica a lo que le ocurrió a la joven, de hecho ella eso mismo pensó, sin embargo un par de días después, acudió al cementerio de nuevo a visitar a su abuela (en el panteón de Xoclán) y para su sorpresa vio un ramo de flores rojas, iguales a las que se materializaron en su habitación.

Ella cree que esta fue una nueva señal, ya que, según afirma, nadie de sus familiares le lleva flores a la abuela… Quizás entonces ese fue el regalo de la señora a su apreciada nieta en agradecimiento por sus constantes visitas.