Abuelo muerto busca a su nieto vivo

Un anciano salió de madrugada en busca de un joven que supuestamente estaba tirado a un lado de la carretera, pero sólo encontró a la muerte

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El fantasma de un anciano merodea por la carretera a Mocochá, Yucatán. No descansa en paz en parte porque el nicho que se construyó en su honor fue destruido. El de la imagen no corresponde al hecho, es sólo ilustrativo. (Jorge Moreno/Archivo-SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Policías destacados en el sector periférico oriente de Mérida me platicaron sus experiencias paranormales;  “lo vimos con nuestros propios ojos, nadie nos lo contó, estamos seguros de que fue real y no una alucinación”.

“Una de mis primeras experiencias ocurrió en 2002; antes había escuchado a mis compañeros que decían que los espantaban pero la verdad no lo creía hasta que me tocó verlo. Estaba yo asignado en patrullaje en la carretera a Motul. Lo que vi ocurrió en el tramo de Yaxkukul, donde vi a un señor de edad a un costado de la carretera.

Pensé que necesitaba ayuda, detuvimos el auto y me bajé de la patrulla, pero justo en ese momento desapareció ante mis propias narices.

“No me había dado cuenta (de) que había un frío muy fuerte que calaba los huesos, por más que hice por buscar al viejito éste no apareció por ningún lado; desapareció, mi compañero también lo vio, creo que en definitiva que era el mismo viejito que varios de mis compañeros han reportado en ese tramo y que también mucha gente que transitaba por ahí han visto.

“De hecho, en ese momento estaban cerca otros compañeros, los llamamos por radio y cuando llegaron nos dijeron que ellos también ya habían tenido una experiencia similar apenas un mes antes, pero no lo habían dicho por temor a burlas, pues estaban seguros de que era un fantasma”, comentó.

Cuando me enteré de esto, hice una investigación a fondo, lo primero que hice fue checar si habían ocurrido accidentes trágicos en ese sector y a los pocos días supe que en Yaxkukul vivió hace muchos años un viejito que le decían “don Ruden” (Rudencindo) y fue atropellado una noche cuando iba en busca de su nieto.

De acuerdo con la información recabada, un antiguo policía de este poblado me dijo lo siguiente: “Su nieto fue a una fiesta en Mocochá y ya había pasado mucho tiempo y no regresaba. Un vecino le dijo a don Rudencindo que había visto a un joven borracho tirado junto a la carretera federal y por eso salió a buscarlo, pensando que podría ser su nieto; agarró su bicicleta y pedaleó hasta allí, eran casi las dos de la mañana, pero por desgracia cuando llegó a ese sitio dejó a un lado su bicicleta, caminó por la acotación en busca de su nieto y fue embestido y aventado hacía el monte por un auto que se dio a la fuga”, dijo.

“Por su estado de gravedad no pudo pedir ayuda y falleció horas después. Yo creo que murió con la doble angustia de no saber nada de su nieto y además de estar herido de muerte”, comentó otro de los compañeros del policía.

Al parecer el nicho que se puso en su memoria fue destruido por el paso del tiempo y por las ampliaciones en esa parte de la carretera, quizás este sea otro de los motivos por el cual su alma no descansa en paz, y desde el más allá aún camina todas las noches por ese sector en busca de su nieto, quien por cierto regresó sano y salvo a su casa aquella madrugada fatal.

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