Un policía con la 'bendición' de ver fantasmas

'Me tocó ver varias veces fantasmas y almas en pena, casi todos en las carreteras mientras hacíamos rondines', confiesa don Gabriel.

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En este tramo del Anillo Periférico de Mérida, en el oriente de la ciudad, es donde don Gabriel vio un fantasma. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En las carreteras en ocasiones se ven más fantasmas que en los propios panteones, y es que si tanto sólo sumamos la cantidad de personas que han muerto en todas las carreteras de Yucatán desde hace 50 años a la fecha, el número quizás se cuente en dígitos de cuatro cifras.

Sin embargo no todos tienen la misma suerte o sensibilidad para ver un fantasma; una persona que transita a diario en las carreteras puede ser que nunca vea un espíritu y alguien que ocasionalmente maneje en el interior del estado a lo mejor lo ve en varias ocasiones.

Influye una especie de suerte para poder ver algo pues a lo mejor podemos pasar en una carretera donde haya un fantasma pero si estamos distraídos a lo mejor no lo observemos o nos parezca parte del paisaje.

Una de las personas que para bien o para mal ha tenido mucha “suerte” para verlos es el ex policía yucateco Gabriel Medina Fernández, quien actualmente tiene casi 70 años de edad pero que durante su carrera vio muchos: “He visto más de 10 fantasmas mientras laboraba en la corporación, casi todos ellos en las carreteras”.

Y agrega: “Yo como muchas personas no creía en los fantasmas hasta que los empecé a ver, el primero fue cuando yo era chavo, era el fantasma de mi difunta abuela, cuando la vi tenía casi un año de muerta, ya con el paso de los años me hice policía y me tocó ver varias veces fantasmas y almas en pena, casi todos en las carreteras mientras hacíamos rondines  y casi siempre con un compañero a mi lado en la patrulla, así nadie podía decir que estaba loco o que lo estaba inventando”.

“Una vez recuerdo que estábamos bajando de Motul en dirección a Mérida y vimos a un policía federal que estaba pidiendo aventón, lo reconocí por el uniforme, pero cuando paramos ya no había nadie, se nos hizo raro porque no pudo haberse guardado en la maleza y en todo caso ellos no andan sin su patrulla y no había nada en toda la zona; entonces mi compañero arrancó el motor y justo empezábamos a acelerar, si acaso unos diez metros, y vemos que ahí estaba una cruz enorme de metal que se había puesto en honor a un oficial caído junto a su nicho, recuerdo que me ericé, era su alma en pena lo que vimos”.

“También he visto viejitos caminando en la carretera y que de pronto desaparecen, me ha tocado en el tramo Baca-Dzemul y en el periférico pero hace como 30 años, cuando la mayoría de esta vía era monte, no como ahora que ya esta lleno de negocios y casas”.

Futbolistas muertos

“El caso que más recuerdo, quizás por haber sido el último, fue el de un accidente que hubo en el kilómetro 74 de la carretera a Celestún, en donde murieron cuatro deportistas en una camioneta que se volcó; en ese entonces fuimos meses después para una temporada vacacional a cubrir esa zona y de pronto los vimos parados, eran cuatro personas jóvenes, se veían las siluetas, estaban justo en donde están sus nichos, de hecho varios compañeros así como policías municipales ya lo habían reportado”.

Don Gabriel se refiere al caso de cuatro  jóvenes fallecidos en el 2001, era un grupo de futbolistas celestunenses que venían a bordo de una camioneta de regreso al puerto luego de jugar un partido dominical en Kinchil (municipio ubicado a media hora de ahí) y de pronto estalló la llanta delantera del vehículo.

Esto propició que se volcara, se metiera al monte y diera volteretas, propiciando la muerte de cuatro jóvenes y las lesiones de varios más.  (Este caso lo publicamos hace poco más de un año en esta sección, pues varias personas han reportado las apariciones paranormales ahí).

Para finalizar don Gabriel comenta que se siente muy agradecido con la vida por haberse desempeñado como policía de manera honesta pero también considera una “bendición” haber podido ver tantos fantasmas: “Me siento muy afortunado cada vez que escucho a un compañero decir que le gustaría ver un fantasma, yo vi al menos diez y siempre lo vi con respeto no con morbo, son almas en pena que están sufriendo y yo siempre hice una oración por ellos cada vez que me los topé”.

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