Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hace unos meses, mientras realizaba una investigación en Chicxulub Puerto, se me acercó una persona que vive en Progreso y me platicó acerca de tres sueños -al parecer premonitorios- que le tenían muy preocupado y que temía que se repitieran.

Me comentó que hace tres años soñó que su cuñada se había suicidado ahorcándose en su domicilio, a los dos meses, este suceso ocurrió de forma idéntica a lo que había soñado. De hecho, dice que fue sorpresiva su muerte, ya que era una joven que tenía un trabajo estable y, al parecer, no tenía problemas ni económicos ni emocionales que la orillaran a tomar semejante decisión.

Un año después, volvió a tener un sueño fatal: en esa ocasión, presenció que su abuelo se caía, se golpeaba la cabeza y fallecía en un hospital; por increíble que parezca, a la semana ocurrió eso, ya que el señor (de 84 años de edad) intentó pararse de su hamaca, pero resbaló y se golpeó la cabeza en el piso, lo que le propició la muerte unas horas después en una clínica ubicada en Mérida, sitio en donde radicaba el señor.

Por último, hace dos meses, soñó que su hermana, de 31 años de edad, fallecía atropellada por un vehículo al momento de intentar cruzar la calle que se ubica justo frente al mercado municipal de Progreso y para fortuna esto no se cumplió… O no se ha cumplido...

“La verdad me da miedo, no sé si fue una gran casualidad soñar la muerte de estas dos personas y que se haya cumplido, pero me da miedo que con mi hermana se cumpla también, ya le dije que se cuide mucho pero no me hace caso, piensa que estoy obsesionado, pero pues no se qué pensar, no se a que se deba esto”.

Cabe mencionar que existen personas que nacen con una especie de “videncia”, es decir que a través de los sueños pueden ver situaciones pasadas que hayan ocurrido (y que ellos no vivieron o no se enteraron) y también cosas del futuro; sin embargo, luego de aplicarle un test, nos dimos cuenta que no es su caso, aunque sí es de sorprender lo que le ha ocurrido.

Hechos incomprensibles

Un caso muy similar vivió una lectora de nombre “Ana”, quien me escribió hace unos días en el portal de sipse.com lo siguiente:

“Fui a una visita relámpago al municipio de Baca en compañía de mi marido, mientras él platicaba con unas personas yo llevé a mis hijos al parque, el que se ubica a los pies de la iglesia de la población. En eso se me acerca una señora y me pregunta si soy de ahí, y le respondo que no, pero que cuando era adolecente pasé mucho tiempo en el pueblo junto a dos amigas más y que conocía a muchas personas.

“Le empecé a decir los nombres de los amigos que tengo en esa población y al llegar al nombre de uno de ellos me comenta que se había muerto, que se estrelló en su moto regresando de una fiesta de una pueblo cercano; incluso me detalló que se había estrellado contra un camión y que murió de manera instantánea.

“Yo quedé muy sorprendida, pero seguí platicando con la señora. Al pasar cinco minutos me habla mi esposo y nos retiramos del pueblo. Al llegar a Mérida le hablo a una de mis amigas y le comento que estaba regresando de Baca y me habían dicho que nuestro amigo había muerto, pero ella me dice que es mentira y que sigue vivo, esto fue el 5 de junio del presente año…

“El día 29 de septiembre, es decir, casi tres meses después, mi amigo se mata de la misma forma en que esta señora me había dicho. No sé si es coincidencia o con quién habré platicado, pero hasta el día de hoy no entiendo ni comprendo cómo esta persona supo la manera tan exacta de cómo pasaron las cosas tres meses antes de que ocurrieran”, finalizó.