Celia Franco/ Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Por años, Liborio Vidal Aguilar ha dedicado gran parte de su tiempo a trabajar para que los ciudadanos alcancen una mejor calidad de vida; quien recurre a él, dice, siempre recibirá una solución a su problema, ya que el “Amigo Libo”, como cariñosamente lo conocen en sus rumbos, es un hombre de palabra.

Asegura que no hace falta que le recuerden sus compromisos, una vez que empeña su palabra él regresará y la cumplirá, ya que no es de los hombres que le huyen al compromiso, por el contrario, es quien los busca y los asume; siempre con la cara en alto encuentra la forma de solucionar los problemas y lograr acuerdos que beneficien a todos.

Por sí solo, Liborio es un hombre que se gana el cariño y reconocimiento de la gente, no necesita faramalla para que los ciudadanos reconozcan en él a un líder pero, sobre todo, a un amigo que está en las buenas y en las malas.

El diputado federal priista no es una persona muy expresiva, no es de fuertes abrazos, ni muchas carcajadas, tampoco es escandaloso ni mucho menos ostentoso o presumido, es más bien serio, amable, educado, siempre está trabajando en algo y cuando aprecia a alguien se preocupa por él. El aprecio se le ve en la mirada.

Acostumbrado a trabajar desde muy joven y a ganarse el dinero, sabe el verdadero valor de cada peso y es consciente que no todas las personas tienen las mismas oportunidades, así que se esfuerza para ayudar a quienes más lo necesitan; no sólo es un político, es un servidor público de esos de antaño, de esos que son queridos por sus acciones y no por sus discursos.

¿Su perfume favorito?
(Sonrió), se hizo para atrás en su silla: Paco Rabanne. Me lo encontré hace algún tiempo, es de hace muchos años, no es muy moderno, pero de acuerdo con la edad de tu servidor.

¿Comida y postre favoritos?
Comida… Me encanta el frijol con puerco que prepara mi señora madre; y de postre, el napolitano.

¿Refrán o dicho con el que se identifique?
Después de pensar por unos segundos, respondió: siempre con la gente más necesitada.

¿Algún personaje o persona que admire?
Juan Pablo II, por su dulzura y su cercanía con la gente más vulnerable.

¿Cuándo era niño qué pensaba ser de grande?
Primero, presidente municipal de mi ciudad Valladolid, y lo conseguí a los 26 años de edad. De ahí en adelante he ido alcanzado cada una de las metas que me he propuesto, tanto en la administración pública estatal como en lo empresarial. Desde muy chavo, heredé de mi papá la parte empresarial, ya que tenía una tienda de abarrotes enfrente de la estación de camiones en Valladolid. A los 12 años ya estaba detrás del mostrador y me pagaba una comisión a la semana. Cuando ya estaba en preparatoria me prestó un cuarto de cinco por cinco en su negocio, en donde puse una lavadora, una estufa, un refrigerador, una bicicleta y un ropero. De ahí, pues, nos hemos ido extendiendo, prácticamente estamos en todo el Sureste, en siete estados, y lo logramos por la perseverancia y el ejemplo de mi señor padre.

¿Hace algún ejercicio o ve algún deporte?
Sí, cinco días voy a correr y al gimnasio, por salud y para mantenerse en forma, y me encanta ver el beisbol. Le voy a los Leones y a los Yankees de Nueva York.

¿Ha leído el Kamasutra?
Después de unos segundos de silencio y mirando a la reportera a los ojos dijo: No (sonriendo de una forma picarona), después de un momento se carcajeó como diciendo: no lo necesito.

¿Canción o cantante favoritos?
Como no… a mi paisano Armando Manzanero, me gusta mucho escucharlo, disfruto las de “Adoro”, “Contigo aprendí”, “Somos novios”. Todas.

¿Fue muy noviero?
(Risas) Tengo que reconocer que las mujeres son bellas.

¿Cómo definiría el amor?                                                                                                                                                  Entrelazó las manos, miró un momento el cuarto y después de un par de minutos: sirviendo, el amor de pareja, de padre, de hijo, al prójimo, debe ser sirviendo y protegiendo y no hacerle daño a quienes amas.

¿Mejor virtud?
Lo pensó unos minutos: sensibilidad.

¿Peor defecto?
Se apoyó en su escritorio, siempre con las manos entrelazadas y los dedos gordos topándose: controlar el carácter.

¿Algún vicio?
Trabajo mucho, desde muy pequeño, y todos los días.

Cuando tiene unas horas libres, o un día para usted, ¿qué es lo que más disfruta hacer?
Estar con mi hijo más pequeño, Emilio, lo disfruto mucho; él tiene 11 años y aunque no puedo darle mucho tiempo, el que le doy procuro que sea de calidad.