A los 17 adolescentes yucatecas se vuelven madres

El embarazo adolescente representa un riesgo de salud, además de que acarrea consecuencias de todo tipo a las jóvenes.

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Tomando en cuenta el total de nacimientos en la entidad cada año, se estima que alrededor de 16 mil son de madres adolescentes. (Archivo)
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José Salazar
MÉRIDA, Yuc.- En Yucatán, tres de cada diez partos ocurren en adolescentes menores de 19 años, cuyos hijos, en ocho de cada diez casos, se 'quedan sin padre' antes de cumplir un año. En promedio, estas jóvenes dan a luz a los 17 años de edad.

En algunos casos estos partos se complican en el alumbramiento debido a la mala nutrición de la madre y la violencia de la que pudo haber sido víctima, lo que hace que el panorama sea gris para estas jóvenes.

Arturo Perea Martínez, presidente de la Academia Mexicana de Pediatría (AMP), señaló que la atención a los embarazos adolescentes es una necesidad prioritaria e ineludible para el sistema de salud y la sociedad en general.

Advirtió que un embarazo no deseado en la adolescencia repercute de manera importante ya que las jóvenes no están física, emocional y económicamente preparadas para afrontarlo.

Riesgo 

“El impacto del embarazo adolescente no sólo está sujeto al riesgo de muerte de la madre y el bebé por complicaciones biológicas como nacimiento prematuro, sino que también afecta de manera psicosocial, ya que la mujer abandona la escuela y su proyecto de vida”, aseveró.

“Se ha observado que la gestante adolescente carece de una adecuada nutrición, particularmente de hierro y vitamina D; lo anterior afecta el crecimiento y desarrollo del cerebro del bebé”, precisó Perea Martínez.

La inadecuada nutrición de la joven mujer afecta el desarrollo del cerebro del bebé

Como ejemplo, dijo, la carencia de hierro en el tercer trimestre de gestación se asocia con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), autismo y más adelante con depresión, trastornos bipolares y esquizofrenia.

Agregó que al no contar con padre, muchos de estos niños se quedan al cuidado de algún familiar, mientras la madre sale a trabajar.

“Esto evidentemente impacta en la adaptación del niño en la escuela, es víctima de violencia y acoso escolar, lo que se ha relacionado con abandono de estudios, delincuencia, adicciones y réplica del fenómeno ante la falta de una figura que los guíe. No es un concepto general, pero sí es frecuente”, puntualizó.

El doctor Perea Martínez consideró que tanto profesionales como la sociedad deben apoyar a la joven y a su familia para que se adapten a la situación que viven y privilegien la educación de la adolescente, esto apuntó, “permitirá salvaguardar su proyecto de vida”.

Actualmente, la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo Adolescente propone el autocuidado de los jóvenes y pretende “formar individuos con decisiones menos riesgosas que se orienten a la lógica del crecimiento y no a la de las conductas sexuales de riesgo”, señala el documento.

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