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Por Rodrigo Us May 

Todo estafador sabe que el ser humano posee un defecto que se llama avaricia, la cual una vez activada en el cerebro de las personas garantiza el éxito de la estafa financiera.

La avaricia consiste en la imperiosa necesidad que tiene el individuo de poseer grandes riquezas y propiedades por el simple hecho de atesorarlas, inclusive cuando éstas representen estándares de vida mayores que lo normalmente necesario para la supervivencia.
Cuando un estafador consigue despertar en su víctima la avaricia, simple y sencillamente se apodera de su razonabilidad; resulta increíble observar a un individuo efectuar de manera voluntaria actos que afectan directamente sus finanzas, su patrimonio y su bienestar.

¿Cómo se despierta la avaricia en las personas? El estafador tiene que sembrar en la víctima promesas de obtención de grandes ganancias o rendimientos con el mínimo esfuerzo o riesgo. Inclusive tendrá que utilizar señuelos como casos de éxito y por sobre todas las cosas prometerá dinero o beneficios instantáneos.

En mi opinión, es importante que la sociedad sepa que en el mundo de las finanzas nadie da nada a cambio de nada; es decir, en el momento que alguien ofrezca ganancias muy superiores a las que ofrecen las instituciones bancarias mediante un esfuerzo reducido es porque nos quiere estafar; sería como si alguien estuviera regalando dinero. ¿En estos tiempos, será posible esto? Y de ser así, ¿cuántos millonarios existirían junto a nosotros?

Algunos consejos para evitar ser estafado son los siguientes:

  1. Evitar proporcionar información confidencial.
    2. Ser cauteloso con la información proporcionada en redes sociales e internet.
    3. Cuando se acuda a retirar dinero a cajeros automáticos o bancos, no detenerse ni entablar plática con extraños y acudir con un acompañante.
    4. Anteponer ante todo el sentido común.
    5. Comprender que nadie regala dinero en estos tiempos y mucho menos un extraño.
    6. Incrementar en lo posible el acervo financiero (saber el comportamiento de tasas de interés, riesgo y rendimientos razonables).
    7. Obtener la opinión de gente experta en materia financiera y de inversión.                                                                                                                                                            La sociedad debe estar consciente que, hoy día, la única moneda que puede generar bienestar y ganancias en un corto, mediano o largo plazo es el esfuerzo y el trabajo honesto. No debería haber otra alternativa distinta.

Como sociedad tenemos que actuar contra todo aquel que amenace nuestro bienestar financiero y por lo tanto emocional, no los dejemos operar con facilidad. Somos más los yucatecos honestos que los estafadores. ¡Denunciémoslos!

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