MÉRIDA, Yuc.- El taxista Manuel J. V. D., señalado como uno de los testigos clave en el caso del asesinato de Emma Gabriela Molina Canto, dejó “vestidos y alborotados” a los fiscales, ya que no llegó a declarar este jueves en este juicio, de modo que solicitaron que se reprograme la comparecencia y se comprometieron a presentarlo.

El Tribunal Segundo de Juicio Oral aceptó la solicitud de los fiscales y programó la comparecencia de Manuel J. V. D. para el próximo día 12, además de que se tuvo que hacer movimientos para poder “acomodarlo”.

El agente de la Secretaría de Seguridad Pública, Jorge Ricardo Cortés Kuk, testificó en este caso, mencionó que fue quien resguardó el auto de alquiler de la empresa “Econotaxi” con número económico 007 –que es el que manejaba dicho taxista– y que fue interceptado por elementos de la Policía Estatal de Investigación en la calle 41 entre 28 y 30 de la colonia Industrial de esta ciudad.

Mencionó que cuando llegó al lugar, los elementos de la Policía Estatal de Investigación (PEI) hablaban con el conductor del vehículo de alquiler, y al verlo le pidieron que resguardara la unidad, ya que ellos se llevarían al chofer que era testigo de un caso.

Por ello, procedió a acordonar el área donde estaba el taxi con conos y cinta restrictiva, mientras llegaba personal de la Fiscalía General del Estado.

Luego, llegó personal del Ministerio Público, un criminalista, un fotógrafo y un perito en dactiloscopia, quienes firmaron un acta en el que el patrullero les permitió ingresar al área para procesar el taxi.

Indicó que el personal de la FGE llegó poco antes de las 10 de la noche y terminaron cerca de la medianoche, cuando llegó una grúa de la SSP para llevar el automotor a las instalaciones de la Fiscalía.

A preguntas de la defensa de los acusados Óscar M. L. T. y Jonathan M. Á., el policía señaló que no levantó un acta en el que los elementos de la PEI le dejaron el taxi en cuestión para su resguardo.

También dijo que no recordaba la vestimenta del taxista, a pesar de que minutos antes, y a preguntas de los fiscales, describió las características físicas de esa persona.

Asimismo, interrogado por la defensa, este testigo dijo que el auto de alquiler tenía las ventanas abiertas, que no se percató de qué hizo el personal de la FGE, ya que él resguardaba el perímetro.

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Otro testigo de fue el criminalista Marcelo Alejandro Anguas Zapata, quien se limitó a describir el lugar en donde estaba estacionado el auto y que los que trabajaron en el sitio fueron el fotógrafo y el de dactiloscopía en busca de evidencias en el exterior del vehículo, pues aseguró que ese sitio no era el idóneo para procesar el interior.