TAHMEK, Yuc.- Con un disparo de escopeta, Serapio C., de 64 años, decidió acabar con su vida porque se enteró de que tenía tres tumores incurables.

Aprovechó que todos los integrantes de su familia dormían, porque estaban exhaustos tras noches enteras en el hospital, pendientes de la salud de Serapio, tomó una escopeta calibre .20 y se disparó en el abdomen.

El ruido alertó a vecinos y familiares, pero nada pudieron hacer, ya que cuando reaccionaron, Serapio ya estaba muerto: acostado en su hamaca junto al arma. Su esposa dio parte a las autoridades municipales.

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Vecinos aseguraro que Serapio tomó la fatal decisión porque se enteró de que los médicos lo desahuciaron y que tarde o temprano los dolores de tres tumores lo iban a matar.