Epifanía del Señor

Hoy la humanidad en su caminar parece estar cansada y frustrada, de nuevo debe brillar la luz, la estrella debe guiar las metas.

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PIE DE FOTO Los magos venidos de oriente han reconocido a su Señor, que importante es esto, y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. presentes que son signo de la donación total. (es.gde-fon.com)
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MÉRIDA, Yuc.- Hoy domingo celebramos la fiesta de la Epifanía del Señor, que significa “manifestación”, el Señor que se manifiesta, se da a conocer a todas las naciones, queda develado el misterio de Dios, que quiere la salvación de todos los hombres.

Cierto es, que popularmente el 6 de enero, Día de Reyes, recuerda aquel pasaje bíblico de los magos venidos de oriente en busca del Niño para adorarlo y ofrecerle regalos, que hemos escuchado en el Evangelio de hoy.

I. La invitación

¡Levántate! Dice el profeta Isaías a Jerusalén cansada por el Exilio, sobre ella resplandece el Señor, un canto de esperanza y alegría, a vestirse de fiesta.

Una luz, una estrella han visto unos hombres de tierras lejanas, algo nuevo ha sucedido.

Para el profeta y los magos nada pasa desapercibido; los hombres continúan su vida cotidiana, siempre hay mucho por hacer, las preocupaciones ahogan y no faltan los imprevistos, sin embargo, quien mira más allá del horizonte humano, y se desliza en el horizonte más amplio de la fe, siempre resuena la voz de Dios que invita, que anima, que se manifiesta y convoca a su pueblo.

¿Me siento cada vez interpelado por Dios en los acontecimientos de mi vida?

II. La búsqueda

La misma invitación del profeta es un imperativo a tomar una actitud concreta y decidida, hay mucho que hacer, reconstruir la ciudad santa, no será empresa fácil, sin embargo, los demás pueblos traerán presentes para hacer resplandeciente a Jerusalén.

Los magos se ponen en camino, hay que encontrar al Rey cuya estrella ha brillado, el camino es largo y confuso, y en un determinado momento se oscurece. Más no es tiempo de desánimo, ni de desesperanza, sino de soluciones, y preguntan, indagan, aunque en ello vaya el riesgo.

En el camino de los magos se cruza la maldad y la envidia de Herodes: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta” “Vayan a averiguar... y avísenme” pero no es obstáculo, es más facilita el avance, Dios saca bienes de los males.

La humanidad camina entre sombras y luces, sin embargo no hay lugar para el desánimo, sino para redoblar esfuerzos, Dios no deja de hablar, sólo es cuestión de aprender a confiar cada vez más y secundar la obra de Dios.

Hoy la humanidad en su caminar parece estar cansada y frustrada, de nuevo debe brillar la luz, la estrella debe guiar las metas, el trigo y la cizaña crecen juntas, pero al final el trigo se almacenará y la cizaña será tirada al fuego.

La alegría de los magos al ver de nuevo la estrella, llenó de esperanza su búsqueda. Así también siempre habrá una luz en nuestras vidas, es cuestión de mirar con paciencia y fe.

¿Cuando la luz es clara en mi vida, soy agradecido? ¿Cuando se oscurece mi camino, mantengo la esperanza?

III.- El encuentro

La estrella se detuvo encima donde estaba el niño y los magos se llenaron de alegría, la alegría del encuentro, el corazón se ensanchó. Y el abrazo del hijo que vuelve a casa y recibe el abrazo del Padre. La humanidad que caminaba en tinieblas vio una gran Luz.

La gracia de la salvación es noticia alegre para todos, no se ha encerrado entre fronteras, sino se ha expandido abrazando a todos los hombres.

San Pablo afirma, que este misterio ha sido revelado, todos son herederos por Jesucristo. Se realiza la promesa hecha a Abraham de que “en él serían bendecidos todos los pueblos” una perspectiva universal de la salvación.

Los magos venidos de oriente han reconocido a su Señor, que importante es esto, y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. presentes que son signo de la donación total.

Atrás quedo toda incertidumbre, toda sombra, todo temor; el rostro del niño es delicado y tierno, ¡es el Señor! Han ofrecido sus regalos, pero... el Señor mismo se ha dado en regalo para la salvación de la humanidad. Magnifico intercambio de dones: Dios que se hace hombre, para que el hombre toque el misterio de lo divino.

Hoy también el encuentro con Jesucristo vivo debe ser una exigencia, y ofrecerle el oro  de nuestros tesoros y cualidades, el incienso de una vida que se derrama como suave perfume, la mirra de nuestros sudores y esfuerzos por un mundo nuevo.

¿Cada día es una oportunidad que aprovecho para encontrarme con Cristo? ¿Cada momento es tiempo de salvación? ¿Mi prójimo, mi comunidad son espacios de encuentro con el Señor?

IV. La Eucaristía manifestación cotidiana del Señor y oportunidad de encuentro

Por la fe hemos conocido al Señor que se ha manifestado (Oración Colecta) pero ha querido manifestarse cada vez en la Eucaristía, iluminando y alimentando nuestro peregrinar. Sacramentalmente, la humanidad contempla en el Pan y Vino consagrados a su Señor y se encuentra con él.  Contemplamos y adoramos la gloria del Señor que ha resplandecido.

En la comunión eucarística se realiza de manera sublime que Cristo y el discípulo “estén” el uno en el otro (Ecc. De Euch. 22)

La Iglesia al unirse a Cristo se convierte en sacramento a una parte de la humanidad (cfr. conc. Ecum. Vat. II L. G. 1) signo e instrumento de salvación, en obra de Cristo, en luz del mundo y sal de la tierra, para la redención de todos (ibid, 9). La Eucaristía construyendo la Iglesia, crea precisamente por ello comunidad entre los hombres (Ecc de Euch. 24).

El culto Eucarístico, la adoración y la exposición y la procesión eucarística son de un valor inestimable para la Iglesia. Son continuas “epifanías” del amor de Dios que da la salvación a los hombres.

Al continuar nuestra celebración, bendigamos a Dios que se ha manifestado a todos los hombres; reconozcamos la manifestación que hace en nuestra cotidiana experiencia de fe, y especialmente manifestado en el sacramento de la Eucaristía.

Conclusiones

1) La grande lección de los Reyes Magos es la de su búsqueda de Dios, de la verdad del bien. A Dios hay que buscarlo como se busca respirar.

2) San Agustín hace decir a Dios lo siguiente: “No me buscarías si no me hubieras encontrado”.

3) La enseñanza de que cada persona debe proponerse metas, para lograrlas, y luego ser constante, tenaz y no arredrarse ante las dificultades y obstáculos. Si quieres triunfar en la vida debes ser: insistente, consistente y persistente, en tus metas y objetivos que lleven a  la realización de tu proyecto de vida contando con la gracia de Dios.

4) A la Epifanía de nuestro Señor, debe corresponder la epifanía del corazón, ser acogedores, abiertos, disponibles pedir perdón y perdonar, romper los esquemas reductivos, “dilata tu corazón”.

5) La Eucaristía es la Epifanía suprema y actual de Cristo. Nos muestra a Cristo real y verdaderamente presente, resucitado y glorioso.

6) Caminar buscando en la vida a Cristo, es caminar con una vida de luz, de alegría, de paz que lleva a la plenitud de realización, y de servicio a los demás.

7) Oremos para que a todos los pueblos pueda llegar el anuncio de la salvación, y que cada uno busque con sinceridad de corazón a Cristo, presente en su corazón y en los acontecimientos, pero de manera privilegiada en su Palabra y en la Eucaristía. Él ilumine el camino de nuestra vida. Amén.

Mérida, Yuc., enero 4 de 2015

+ Emilio Carlos Berlie Belaunzarán
Arzobispo de Yucatán

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