Invita Arzobispo a vivir la fe con alegría y gratitud

Con motivo del Día Internacional de la Familia, que se celebra hoy, y de la Mujer, el 8 de este mes, Monseñor Emilio Carlos Berlie Belaunzarán dirigió un mensaje a los fieles de Yucatán.

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Hoy se celebra el día de la familia en todo México. (SIPSE)
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Milenio Novedades/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.-Con motivo del Día Internacional de la Familia en México, y de la Mujer, el Arzobispo de Yucatán, Monseñor Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, dirigió un mensaje a los feligreses de la Arquidiócesis de Yucatán.

Queridos hermanos y hermanas:

Estas celebraciones están en el corazón de los mexicanos ya que el valor de la mujer, sobre todo la madre, y la familia, forman parte de nuestra cultura y nos dan identidad. Esto es reconocido por propios y extraños.

Desde lo profundo de mi corazón de pastor de esta Arquidiócesis me uno a estos festejos y elevo a Dios mis plegarias por todas las mujeres y las familias, para que animadas por el don de la fe e iluminadas por su Palabra, vivan con alegría y gratitud la vida y responsabilidades que de ella emanan.

Los tiempos que vivimos nos ofrecen la tentación de no asumir las responsabilidades con madurez. Por eso hoy se retrasa la edad para decidir qué hacer en la vida y cómo vivirla.
Se dilata la permanencia en el hogar, se evita casarse y se quiere una relación que no cree compromisos. Además, cuando se exige congruencia de lo decidido, se busca no enfrentar las responsabilidades, se trata de esquivarlas.

No es difícil recurrir a culpar a otros de la situación que se pasa, sea en la vida conyugal sea en la relación entre padres e hijos.

Las personas que por el matrimonio han asumido compromiso de vida se dejan llevar por esta corriente de pensamiento y ante el primer obstáculo o dificultad, se doblan y se rinden.

Da la impresión que hoy en la vida matrimonial no se quiere luchar, no se quiere construir. Se cree ingenuamente que la felicidad y la buena relación de amor los da el éxito.
Las parejas, matrimonios y familias quieren tener, pero no quieren ser.

Se lucha por los bienes materiales y es tanto lo que enfocan todas sus energías para esto, que olvidan cultivar su relación basada en el amor. En cambio se es feliz y se siente uno en paz y armonía cuando ese amor se traduce en diálogo, respeto, ayuda, perdón y se sostiene en el don de la fe.

Hace unos días, su Santidad Benedicto XVI nos decía en su último mensaje del pasado miércoles hablando de la razón de su dimisión por debilitamiento que “Amar a la Iglesia significa también tener el coraje de hacer elecciones difíciles, sufridas y poniendo siempre delante el bien de la Iglesia y no a nosotros mismos”.

Estas palabras y ejemplo son aplicables, queridos hermanos, a todos nosotros hoy, especialmente a los matrimonios, para que animados por la fe, vean, procuren y construyan el bien y felicidad de su familia.

En este tiempo cuaresmal que la mente y corazón se reencuentren con el Señor y animados por su palabra tengamos el ánimo y fortaleza para no dejarnos vencer por el cansancio y la desilusión.

Este domingo 3 de marzo, III de Cuaresma, invito a las familias a participar en sus comunidades parroquiales en la celebración Eucarística en la que pediremos por todas las familias y por todas las mujeres.

Allí tendremos la oportunidad de escuchar la Palabra de Dios que sin duda nos animará a establecer relaciones familiares más humanas y fraternas y contribuir al mejoramiento de nuestra sociedad.

Que la presencia de Dios, en este año de la fe, les anime a colaborar en el mejoramiento de sus familias y sus comunidades.
Que la Sagrada familia de Nazaret bendiga a todas las familias de Yucatán.

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