En jaque, pesquería del pepino de mar

La sobreexplotación del producto por la depredación ha ocasionado que escaseen los ejemplares que superan los 30 centímetros de talla y pesan más de un kilo.

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El coordinador científico de la Estación Marina del Cinvestav en Telchac Puerto, Miguel Olvera Novoa, explicó que en 2007-2008 comenzaron a trabajar en el cultivo de la especie para tratar de domesticarla. (José Acosta/Milenio Novedades)
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Ana Hernández/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- La sobreexplotación del pepino de mar por la captura ilegal ha puesto en “jaque” esta pesquería, alertó el coordinador científico de la Estación Marina del Cinvestav en Telchac Puerto, Miguel Olvera Novoa, quien señaló que los ejemplares de esta especie que superan los 30 centímetros de talla y pesan más de un kilo, son cada vez más escasos.

Como parte del proceso de investigación que realizan, apenas consiguen “pepinos” de unos 700 u 800 gramos, que aún están en la etapa juvenil, es decir, no maduros sexualmente, lo cual también reduce su potencial, además cada vez se encuentran a mayor profundidad.

En entrevista, explicó que en 2007-2008 comenzaron a trabajar en el cultivo de la especie para tratar de domesticarla, ya que se trata de un organismo que no se había explorado de esa manera y necesitaban conocer las condiciones de cautiverio y alimentación.

El trabajo de investigación que realizan está avalado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el cual les ha otorgado diversos financiamientos, según las etapas del estudio.

El proceso de investigación continúa y ya inscribieron la nueva etapa este año, por lo que están en espera de conocer los resultados de los proyectos aprobados.

“Necesitábamos conocer cuáles son sus necesidades ambientales, entre otros factores, para tener la posibilidad de reproducirlo en cautiverio; en 2010 logramos hacer la reproducción controlada de este organismo, es la primera vez que se hace a nivel mundial la especie americana; China y Japón cultivan, son especies similares, pero no la americana”, dijo.

En este punto, señaló que en ese centro de investigación han desarrollado toda la tecnología para hacer el desove, y sobre ese punto han trabajado en los últimos años, acerca de lo que es la crianza larvaria para la producción de ejemplares juveniles, los cuales serán utilizados en experimentos y actividades de crecimiento y engorda en diferentes tipos de sistema y dispositivos.

Olvera Novoa recordó que cuando comenzó la explotación comercial de este producto, hace unos ocho años (aunque tiene menos que se expiden los permisos, lapsos y volumen de captura), se advirtió que debido a sus condiciones un aprovechamiento masivo podría afectar a la especie, “lo que está ocurriendo”.

Los que entran a la captura con permisos durante la temporada ahora tardan más tiempo en lograr volúmenes de captura aceptables, y al igual de quienes realizan esta actividad de forma ilegal, cada vez deben bajar a mayor profundidad.

Esta situación conlleva otro problema: la falta de preparación y cuidado incrementa el riesgo de lesiones y muertes.

Todo ello, ante una realidad: están acabando con los bancos, y los ejemplares que ahora extraen son de tallas menores, los cual es un claro reflejo de la afectación que tiene la especie.

Marea roja no mermó producción de equinodermos: Uady

La proliferación de algas durante 2015 no afectó a la población de pepino de mar en la costa yucateca, sino que el principal problema de la especie es la pesca furtiva, que cada día y con mayor riesgo se sigue realizando en la entidad, señaló el investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), Armín Tuz Sulub.

Indicó que en los reportes y recorridos que realizó como parte de su trabajo de investigación, en especial en la costa oriente de la entidad, las manchas de algas, que se manejaron como “marea roja”, no fueron el principal problema para que disminuyera el equinodermo.

En entrevista, el investigador explicó que dicha especie, debido a su vulnerabilidad, es muy lenta para desplazarse y ha sufrido el abuso en la captura.

“Lo más grave es que la mayor parte ha sido extraída de forma ilegal, y si bien se han reportado algunos casos en los cuales algunas personas han sido detenidas, han sido un número menor al que en realidad se ha dedicado a ello”, consideró.

La muestra está, dijo, en lo que ahora cuesta no sólo en términos económicos, sino en vidas humanas obtener el producto.

El número de víctimas mortales por descompresión ha aumentado debido a que no sólo carecen de preparación, sino que ahora deben buscarlo a mayor profundidad, porque los bancos someros que había los han agotado.

Investigadores han encontrado que algunos casos de descompresión ocurren no sólo por la falta de precaución al bajar y subir de los buzos, sino porque el humo que genera el motor de la lancha o la propia compresora, mientras trabaja, se “cuela” al tubo de “respiro” de esa máquina que suministra oxígeno, debido a que se ubica en la parte inferior de la base, un problema delicado que se puede resolver sin gran inversión.

La propuesta de los especialistas del Cinvestav consiste en colocar un tubo de PVC de 1.50 a dos metros de altura, en esa “boca”, para que el aire que se proporcione por esa vía esté limpio, sin el humo del motor, lo cual reduce el riesgo para las personas que utilizan este sistema para bajar a capturar las especies que están en el fondo marino. 

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