Los milagros de don Enrique Sierra

Son miles las personas a las que curó, sólo con sus manos, el legendario sobador de Yobaín.

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Don Enrique Sierra en foto tomada cuando era joven, pero ya hacía sus curaciones. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Cuando presento un caso paranormal, el público siempre pide pruebas contundentes. Hoy hablaremos de un tema difícil de rebatir hasta para el más escéptico, aunque no es precisamente algo paranormal, muchos lo pueden considerar insólito y para otros es 'milagroso' y con pruebas de sobra.

Me refiero al hombre leyenda de Yucatán y de México, don Enrique Sierra Erosa (falleció hace casi seis años), conocido popularmente como “el sobador de Yobain”, quien por más de cinco décadas realizó milagrosas curaciones, tan sólo con sus manos, en miles de personas, muchas de las cuales no pudieron ser curadas por médicos especialistas, después de acudir a él, sanaban y se rehabilitaban de forma sorprendente.

Conocido también como el “huesero de Yobain” (en su tierra natal ejerció), don Enrique tuvo una capacidad tan asombrosa, que provocó que varios doctores fueran a verlo, en calidad de incógnito, para descubrir sus métodos y principalmente, si en realidad curaba a las personas, pues hasta gente que iba en camilla o en silla de ruedas, regresaba a su casa caminando.

Doña Dulce María Mena Arquides, oriunda de Mérida, da un testimonio sorprendente:

“Hace 30 años, mi papá padecía un mal de la columna que se le agravó cuando se cayó de su caballo en una fiesta, por tres años acudió con los mejores médicos de Houston, Texas, E.U. y todos le decían que ya no volvería a caminar. Nuestra última esperanza fue ir a Yobaín, la verdad no confiábamos mucho, pero no perdíamos nada con hacer un último intento.

“Cuando llegamos y vimos el lugar tan rústico, mi mamá me dijo que mejor ni entráramos, que nos fuéramos, pero mi tío le insistió en que, ya que estábamos ahí, que nos bajáramos; pero no lo van a creer, por menos de media hora el señor sobó a mi papá y salió caminando de ahí, cuando antes con trabajo se podía parar, fue tanta la impresión de mi mamá que se puso a llorar y no dejó de llorar en todo el camino".

Y agrega: “pasaron los años y nunca más mi papá tuvo ese padecimiento, eso sí, el sobador le recomendó cuidarse y que no cargara cosas pesadas ni montara a caballo, pero fue como si volviera a nacer, pues antes estaba muy deprimido con su enfermedad.

“De hecho, uno de los doctores de Houston, al verlo dijo que solo era pasajera esa curación, que en tres meses iba a recaer de nuevo, pero esto nunca ocurrió, ni con el paso de los años, a partir de eso muchos otros familiares míos y amigos no dudaron en ir con él cuando tenían un mal”, finaliza.

Comprobación médica

Hace varios años, el doctor Filiberto Anzures Molina, en un caso que fue muy comentado, incluso por la prensa, acudió a ver al “sobador de Yobaín” con su paciente, quien tenían un mal que no había podido curar, se hizo pasar por el familiar del paciente, pues no dijo que era doctor.

El sobador solo le hizo algunas preguntas al paciente y luego de “tronarle” en tres ocasiones la espalda, se le curó su dolencia, casi de forma milagrosa.

Fue tal el asombro del doctor que incluso publicó en la prensa esto y dijo que no se usó ninguna pomada ni truco ni nada extraño; realizó unas radiografías, y comprobó que los huesos de su paciente ya estaban en su lugar… A partir de esto la fama de don Enrique, el sobador de Yobaín se fue por las nubes…

Pero, ¿como obtuvo don Enrique este don? ¿Por que ha sido el único capaz de obtener resultados sorprendentes en todas las curaciones que hizo? Usted tiene la mejor opinión.

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