Yucatán le canta a la Virgen Morena en su día

Esta madrugada, miles de fieles entonaron las mañanitas, en el barrio de San Cristóbal.

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A las 4:30 horas, el mariachi interpretó el tradicional canto al que se unieron miles de voces. (Foto: Jorge Acosta y William Sierra/ Milenio Novedades)
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William Sierra/ Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Fieles a su costumbre, esta madrugada se entonaron las mañanitas a la Virgen de Guadalupe, en su santuario ubicado en el barrio de San Cristóbal. A las 4:30 horas, el mariachi interpretó el tradicional canto al que se unieron miles de voces de los guadalupanos que se encontraban en la iglesia. El lugar tendrá abiertas sus puertas durante todo el día y habrá misa a cada hora.

En la jornada eucarística de ayer, era constante el flujo de peregrinos, provenientes de distintos lugares que arribaban en el Santuario Guadalupano en San Cristóbal, sin embargo muchos decidieron llegar por la noche, debido a que uno de los momentos más esperados, era ser parte de la serenata a la Virgen, después de la misa de gallo.

En el atrio, dentro de la iglesia, en los alrededores del templo parroquial, se veían rostros cansados, sudorosos, pero sonrientes por haber cumplido una promesa, o simplemente por estar frente a la Virgen de Guadalupe y darle gracias por las bendiciones recibidas.

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Este día es uno de los más importantes para los mexicanos, pues de una u otra manera somos movidos por el fervor que sentimos hacia la Virgen de Guadalupe, que mediante su vínculo como nuestra madre nos lleva hacia el camino de su hijo, Jesucristo, expresó el Obispo Auxiliar de Yucatán Pedro Mena Díaz.

 

El acontecimiento guadalupano, no sólo fue el hecho de la aparición de la Virgen, sino el hecho de que quiso quedarse con nosotros en la tilma de San Juan Diego, ser parte del pueblo y esa cercanía se arraigó en nuestros corazón, de ahí el gran cariño que sentimos los mexicanos hacia ella, y trascendió como era el plan de Dios.

Afirmó que con esta manifestación de la Morenita de Tepeyac, Nuestro Señor Jesucristo pretendió que mediante ella nos llegará más firmemente su mensaje, para llegar de ese modo, como se ha reflexionado, inculturado, es decir, la misma encarnación de Cristo al nacer de la Virgen María para ser como uno de nosotros.

“La Virgen María se aparece y se hace una en nuestro pueblo. Esa cercanía y presencia de ella es algo que se arraigó en el corazón. La hemos recibido como nuestra madre”.

En ese sentido, insistió en que la cercanía a ella nos hace sentir más cerca de Dios.

“Ese ese es el papel que ella desempeña que mediante ella sintamos ese fervor hacia su hijo Jesucristo”, añadió.

El Obispo Auxiliar de Yucatán señaló que este sentimiento espiritual, místico se siente y transmite, tal y como lo manifiestan los antorchistas, que una vez al año le hacen su homenaje.

“Es patente que a través de ella los mueve y se va sintiendo la gracia de Dios”, señaló.

En lo que será esta ocasión la primera vez que acompañara como Obispo Auxiliar, a la Virgen de Guadalupe en su día, en el santuario en esta ciudad, Monseñor Mena indico que no le cansa de palpar ese fervor del pueblo mexicano hacia la madre de Dios.

“En los años que estuve como párroco de Nuestra Señora de Guadalupe siempre me encantó observar como ella nos une a todos”, expresó el prelado, quien precisamente estaba al frente de esta parroquia cuando recibió del Papa Francisco el nombramiento como Obispo Auxiliar de Yucatán.

 

“Vemos como se acercan todo tipo de gente, tanto de la parroquia como de otros lugares, demostrando esa disposición de ayudar al prójimo a través de los peregrinos y antorchistas. Se siente ese fervor guadalupano en todos lados”, destacó.

En ese sentido, indicó que se puede observar como en San Cristóbal se recibe a todos por igual, sin importar clase social, edad, de lugar de procedencia.

“El primer año que estuve en esa parroquia me sorprendió que vengan antorchistas de Chiapas, así como de otras partes, por lo que a la siguiente vez me dije no nos van a sorprender, vamos a prepararnos, e inmediatamente salieron grupos que iban ayudar”, recordó.

Monseñor Mena dijo que precisamente observar estas muestras de cariño, bondad y generosidad al recibir a los peregrinos en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe es un reflejo de la devoción que nos mueve a los mexicanos como guadalupanos.

“Pueden haber diferentes condiciones económicas y sociales, pero todos movidos con el mismo fervor hacia la Virgen de Guadalupe, eso es lo que hace grande esta fiesta del pueblo de México, y que ha trascendido fronteras”, añadió.

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