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MÉRIDA, Yucatán.- En el marco de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el Arzobispo de Yucatán, Mons. Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, dirige un mensaje a los fieles de la Arquidiócesis:

"Con la solemnidad de la Ascensión del Señor, el tiempo de Pascua adopta un matiz especial, pues no sólo nos preparamos para celebrar la venida del Espíritu Santo, sino que recordamos la gran misión que Jesús nos encomendó antes de su entrada al cielo: la de ir por todo el mundo y anunciar a todos la Buena Noticia de salvación (Mc 15,16). 

En este día en el que celebramos el mandato de evangelizar a todas las naciones, también conmemoramos la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, valorando la importancia de este noble oficio de informar, colaborando así con el desarrollo de la sociedad. 

Este año, en su mensaje para la XLVIII Jornada, el Papa Francisco recordó que la comunicación debe estar al servicio de una auténtica cultura del encuentro: “En este mundo, los medios de comunicación pueden ayudar a que nos sintamos más cercanos los unos de los otros, a que percibamos un renovado sentido de unidad de la familia humana que nos impulse a la solidaridad y al compromiso serio por una vida más digna para todos. 

Comunicar bien nos ayuda a conocernos mejor entre nosotros, a estar más unidos. Los muros que nos dividen solamente se pueden superar si estamos dispuestos a escuchar y a aprender los unos de los otros. Necesitamos resolver las diferencias mediante formas de diálogo que nos permitan crecer en la comprensión y el respeto.

La cultura del encuentro requiere que estemos dispuestos no sólo a dar, sino también a recibir de los otros. Los medios de comunicación pueden ayudarnos en esta tarea, especialmente hoy, cuando las redes de la comunicación humana han alcanzado niveles de desarrollo inauditos. 

En este día de gracia, felicitamos a todos los que se dedican al oficio de la comunicación. 

Agradecemos su tarea de anunciar buenas noticias; y a la vez los exhortamos a que con el profesionalismo y la tecnología, se difunda siempre la unidad, la paz, el respeto y se promueva la dignidad de la persona. 

Si valoramos la capacidad de comunicar como un don de Dios, será más fácil concentrar todos los talentos, habilidades y esfuerzos en la promoción de una verdadera cultura del encuentro. Les envío pues, a todos los comunicadores, mi bendición apostólica.