Mérida, pasado y presente: templos (4)

La iglesia de San Cristóbal, faltando aún mucho tiempo por concluirse la obra, fue puesta en funcionamiento en 1797.

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El parque de San Cristóbal, que en realidad se denomina oficialmente como 'La Reforma', fue inaugurado en 1910, pero la iglesia fue puesta en funcionamiento desde 1797. (Sergio Grosjean/Milenio Novedades)
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Sergio Grosjean/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Extendiendo la serie que comenzamos semanas atrás y de la cual informamos puntualmente todos los lunes, al referirnos al crecimiento de la ciudad de Mérida a través de las centurias, en esta ocasión nos dirigimos a San Cristóbal, pueblo fundado por Francisco El Mozo y que fue concebido para que residieran los nuevos habitantes que llegaron del Altiplano y que ayudaron en la campaña de conquista de Yucatán. 

La iglesia, ubicada al oriente del parque, fue construida en el siglo XVIII, y faltando aún mucho tiempo por concluirse la obra fue puesta en funcionamiento el Jueves Santo de 1797; su primer párroco fue el Pbro. Ignacio de Cepeda. Aunque el edificio fue dedicado a la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, por su ubicación, los vecinos lo llamaron -como hasta la fecha- templo de San Cristóbal.

La finca de los García Rejón. La vieja edificación, ubicada en el número 440 de la calle 69 en su cruce con la 50, fue casa solariega de la familia García Rejón. Su construcción inició a principios del siglo XVIII. La casa la adquirió D. Joaquín García Rejón de D. Joaquín Quijano. En ese tiempo albergaba en su planta baja una tienda de abarrotes, lencería y misceláneos llamada “Rendón e Hijos”, más conocida como “El Iguano”, por el nombre de la esquina. Al morir D. Joaquín García Rejón y Carvajal en 1878, la propiedad pasó a ser propiedad de Doña Cristina Millet Vda. de Vales.

En esa misma casa vivió Manuel Crescencio García Rejón y Alcalá, comúnmente conocido como Manuel Crescencio Rejón, creador del juicio de amparo.

En 1879, según el Dr. Sáenz de Santa María, el predio es vendido a D. Anselmo Duarte y Zavalegui, quien residió en ella con su familia por cerca de 30 años. 

Pocos años después de que el Sr. Duarte y Zavalegui dejara la casa se instala en ella el Liceo de niñas, cuya directora es Libertad Menéndez Mena, hija de D. Rodolfo Menéndez de la Peña, quien muere a los 19 años, en octubre de 1894. En noviembre del mismo año, la escuela fue nombrada “Libertad Menéndez”. En esta casa también se encontraba la escuela rudimentaria No. 1 de barones, bajo la dirección de D. Joaquín Canto, posteriormente nombrada “Santiago Meneses”.

La antigua casona fue llamada “La casa de los pobres” por las obras caritativas de Doña Cristina Millet Vda. de Vales, quien ofreció como albergue gratuito a muchas familias indigentes del suburbio. 

El 7 de octubre de 1949 se devela una placa de mármol empotrada en la fachada de la casa solariega de los García Rejón, en honor a D. Manuel Crescencio Rejón y Alcalá.

La Calle del Imposible 

Entre 1800 y 1811 se emprende la obra, que a juicio de los vecinos del rumbo, era imposible, demoler un “cerro gigantesco” para abrir lo que hoy es la calle 50. Era este uno de los cinco cerros que, según la tradición, hallaron los conquistadores. El Imposible se extendía al norte hasta lo que hoy es el parque de La Mejorada, en su cima había un templo maya en honor a H-Chan-Can o H-Chun-Caah y que los españoles sustituyeron por San Antonio. A finales de 1801, el cerro fue derribado y como testimonio se incrustó una lápida en un predio ubicado en el cruzamiento de la calle 50 y 67 (hoy estación de autobuses) que reza: “CALLE DEL IMPOSIBLE Y SE BENCIO”. 

En el ángulo de la 50 por 69-A tuvo su residencia el Lic. D. Néstor Rubio Alpuche, poeta, periodista y jurisconsultor. Allí mismo instaló una fábrica de aguas gaseosas, primera en Mérida. Desde la última década del siglo XIX y hasta comienzos de los años treintas, hubo varios negocios en la zona como las Boticas Lourdes y San Cristóbal, y el cine “Nordex”, en el ángulo noreste de la plazuela. En el cruce de la 69 por 50, se estableció la Botica Guadalupana.

En el último tercio del siglo XIX comenzaron a llegar grupos de inmigrantes procedentes del Líbano y ningún otro suburbio de la ciudad contó entre sus poblaciones a tanto inmigrante árabe. También se contó entre sus residentes familias españolas e italianas.

En 1903, las calles adyacentes tanto del templo como de la plazuela fueron adoquinadas.

Agencia funeraria y cine

El febrero de 1905, D. Domingo Garrido Zozaya, antiguo vecino de San Cristóbal, pone en servicio en el predio 559-A entre 73 y 73-A la agencia funeraria “Garrido”.

El jueves 5 de mayo del 1910, el Gobernador D. Enrique Muños Aristegui inaugura el parque de San Cristóbal. 

El jueves 15 de septiembre del mismo año fue inaugurado en la misma plaza un monumento erigido en memoria de D. Joaquín García Rejón y Carvajal.

En el año 1916, D. Escolástico Pantoja funda en el predio núm. 418 de la calle 69 entre 44 y 46, el cine “Fraternidad”, cerrado en 1921.

El 4 de marzo de 1920 en el predio 440-A de la calle 69 por 50, propiedad de Dña. Dolores Gonzales Vda. de Alonzo, se inaugura el cine y salón “Esmeralda”.

En 1942 fue colocada la verja de hierro de ahora circunda el templo.

En 1924 se fundó la escuela “Felipe Carrillo Puerto” en la esquina de la 52 con 73

Frente al parque, en su costado poniente, vivió D. Antonio Cortés Alvarez, quien fue fusilado el 3 de enero de 1924 junto con el Gobernador Felipe Carrillo Puerto y otras personas; D. Antonio era ayudante y chofer de D. Felipe.

Cuando finalizaba la década de los veintes, D. Jorge Rivas Almeida inaugura el cine “Allende” en un predio de la calle 69 casi con cruce de la 48, pero la furia de una perturbación ciclónica lo desmanteló a principios de los años treintas.

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El lugar al que todos conocemos como parque de San Cristóbal, en realidad se le denomina oficialmente como “La Reforma. La plazuela también es conocida como  García Rejón debido a que en el centro del jardín se instaló un sencillo monumento dedicado a la memoria del ilustre yucateco Joaquín García Rejón, inaugurado el 15 de septiembre de 1910. Curiosamente, frente al costado sur de la iglesia vivió la familia García Rejón.

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