Leonel Escalante Aguilar/SIPSE

Mérida, Yuc.- Son verdaderamente significativos estos momentos en que se empiezan a dilucidar esbozos de lo que tienen que ser grandes homenajes a un vallisoletano ilustrísimo, a un yucateco ejemplar en las artes, en la política y en la educación. Como cronista de Valladolid, tenía una deuda con mi ciudad y era precisamente dar a conocer parte de la vida y de la trayectoria de este singular personaje que es claro ejemplo de disciplina y tenacidad y tiene que seguir siéndolo para las nuevas generaciones.

La tarde del viernes 17 del presente tuve el privilegio de participar en una mesa pánel en la que dimos puntuales referencias sobre la vida y obra de tan notable yucateco, convocados por la Segey y en la que participamos: el periodista Martiniano Alcocer Álvarez, Patricia Novelo Méndez, nieta del poeta vallisoletano, y un servidor. Fue una charla llena de matices y de anécdotas poco conocidas del homenajeado que pudo disfrutar nutrido público que llenó la sala de juntas del Cede Inalámbrica.

Desde muy niño escuché hablar de don José Inés Novelo, su última mujer, Inesita Santa Cruz de Oviedo, fue maestra de piano de mi madre y fue además su madrina de boda y esa sincera amistad entre ellas cultivada, acompañada de un singular cariño por el amor a la música, me permitió saber, disfrutar y conocer múltiples anécdotas de la vida de aquel humilde niño que creció entre las sombras del platanar, tumbado en la hierbezuela fresca, ambiente tal vez desolador pero que mucho le hizo meditar sobre la resolución definitiva a aquel valiente y radical cambio en su vida a la que él mismo llamó su propio grito e independencia.

José Inés Novelo pertenece a aquella pléyade estelar de nuestros grandes poetas: Antonio Caso, Justo Sierra Méndez, Salvador Díaz Mirón, Manuel Gutiérrez Nájera (El Duque Job), Amado Nervo, Luis Gonzaga Urbina, grandes todos en pasión y pensamiento y que dieron a las letras mexicanas singular renombre. José Inés hizo un alto en el camino y vio desfilar ante sus ojos todas las escuelas literarias que se han sucedido en la evolución de la literatura yucateca, desde la romántica de Zorrilla, Espronceda y el Duque de Rivas, que privaba en los años de su nacimiento y de su adolescencia, hasta las ultra-radicales de los tiempos que corren, pasando por el becquerianismo, el modernismo, el parnasianismo, el preciosismo, el realismo (…).