La convivencia entre vecinos

Estos últimos meses he podido reflexionar en una situación que se presentó de manera micro y que afecta la convivencia vecinal en el fraccionamiento donde vivo.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Estos últimos meses he podido reflexionar en una situación que se presentó de manera micro y que afecta la convivencia vecinal en el fraccionamiento donde vivo, pero que en la actualidad esa misma actitud desgraciadamente se replica al macro en nuestra sociedad.

Todo se inicia con un grupo de buenos y bien intencionados vecinos reunidos para organizar la seguridad, después de 2 años, 3 casas robadas, la suma de psicosis de los que han emigrado a Yucatán, cientos de horas de juntas y millones de mensajes en el grupo de Whatsapp, se logró contratar una empresa de “seguridad” o, como han mencionado otros vecinos, de “portero” que quita y pone el cono a la entrada.

La gran mayoría de los que han accedido a participar en esta iniciativa simplemente se limitan a pagar la cuota mensual y participar en alguna que otra junta, y los que adquieren el poder y mueven el pandero forman un pequeño grupo de 4 a 6 personas. No pretendo demeritar de ningún modo el esfuerzo y los logros que junto con el resto se han alcanzado, al final, todos buscamos vivir felices y dormir tranquilos en nuestros hogares en esta Ciudad Blanca que presumimos.

Se preguntarán dónde está la reflexión o el meollo de este artículo: ¡ya, al grano! Este grupo de 4 a 6 vecinos, al tener la iniciativa y el poder, en muchas ocasiones ha tomado decisiones por los demás, escudado en la falta de participación o apatía de otros, y ¿qué ha pasado? Cuando surgen varios que no están de acuerdo con esas decisiones, son descalificados, tachados, insultados, y se comete un sinnúmero de arbitrariedades que han convertido un simple consejo vecinal en un coto de poder autoritario, que siembra el temor y la intranquilidad en los residentes. El resultado de mi reflexión junto con el grupo de minoría es el siguiente:

1) No por ser minoría pierdes tus derechos. Hay cosas que son de legalidad no de mayorías.

2) La apatía de unos otorga esos cotos de poder a otros.

Esto lo vivimos nosotros como ciudadanos en macro con nuestros gobernantes. Ya vienen las elecciones, pero ésta no es una invitación al voto, ésta es una invitación a luchar contra tu apatía a acercarte más para analizar temas con tus vecinos: seguridad, áreas verdes, limpieza, calles, banquetas, iluminación, vandalismo.

Sólo ¡Acércate más!

Lo más leído

skeleton





skeleton