Homún: el informe pelícano (2)

Los protectores de los cenotes no se quejan de la contaminación sino de la probabilidad de que ocurra; el gobierno afirma que todos los permisos y procedimientos pertinentes están cumplidos

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Lo ocurrido en Homún expone un problema sobre premisas de corta visión. De acuerdo con líderes de las marchas en Homún, la granja de cerdos es contaminante, aunque ni siquiera ha abierto; los protectores de los cenotes no se quejan de la contaminación sino de la probabilidad de que ocurra; el gobierno afirma que todos los permisos y procedimientos pertinentes están cumplidos.

Todo flota en la desconfianza a la supervisión pública, porque granjas que cumplieron con los permisos de apertura hoy contaminan debido a que no hay sanciones, ni brigadas que las supervisen y garanticen que los sistemas de tratamiento de agua estén operado el 100%, o los supervisores tienen un precio.

De nada sirve la veda del mero si lo peces del manglar mueren por contaminación ya sea de granjas sin supervisión, agroquímicos, industria o incluso por la producida por falta de biodigestores, fosas sépticas adecuadas en los hogares ya sean de Mérida, Homún o cualquiera de los 106 municipios.

De nada servirá la policía costera si no propicia la pesca ribereña de ciclos sustentables; de nada sirve certificar granjas de cerdos si no hay un organismo autónomo que supervise la calidad de las aguas circundantes a cada granja.

Lo empresarios de la granja de cerdos de Homún tienen todos los equipos necesarios para tratar el agua y permisos para operar.

Sergio Grosjean, empresario, coordinador de proyectos de rescate y restauración de cenotes, sabe que la granja cuenta con todos los permisos que la autoridad competente ha impuesto, por consiguiente, no existe mecanismo jurídico para impedir su operación.

Por ello propone la perforación de “pozos testigo” en la periferia de la granja y que los monitoree un colectivo formado por instituciones, universidades, investigadores con el perfil adecuado, así como, pobladores; es decir, un grupo incorruptible, y en caso de que contamine cerrarla al momento.

Este esquema se puede repetir en otras granjas porcícolas, avícolas, industria e incluso en plantaciones donde se utilizan agroquímicos que impactan más que las mismas granjas.

Conclusión: hay menos pesca porque los mangles producen menos peces pequeños, porque los flujos y ojos de agua que los alimentan están contaminados por negativas prácticas humanas que afectan el agua y causan enfermedades incluso mortales.

Los opinólogos, organizaciones sociales irresponsables, así como personajes con perfiles políticos creen que es un problema de derechos humanos y ponen trabas al asunto evitando la comunicación entre las partes involucradas, creyendo que con marchas, gritos e improperios encontrarán una solución.

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