Oficio político es lo que ha demostrado Andrés Manuel López Obrador en la gira que, la semana pasada, realizó en la región sur-sureste, de la que pueden destacarse dos cosas: que lo suyo es la relación persona-persona y que se siente muy a gusto, a sus anchas, en esta zona, de la que es originario, donde asumimos que el trato personal, además de cálido, debe ser respetuoso y sincero.

Aquí, donde apreciamos la claridad del mensaje lo mismo que la disposición para escuchar y asumir acuerdos; la diplomacia y las buenas formas que contrastan con el tono impositivo y terminante de los discursos inflexibles de otros lares.

Expuso que es preciso que la federación pase del reconocimiento discursivo de que tiene una histórica deuda con nosotros a demostrar en los hechos que está dispuesta a zanjar la brecha que suscitó entre los niveles de desarrollo del norte y el sur, por escatimar la inversión pública aquí para volcarla mayoritariamente en los estados del centro y el norte.

De ahí la importancia que le concede a la construcción del Tren Maya, que indudablemente será un factor crucial para propiciar el desarrollo de la región, y que, al ampliar su modalidad de turística con las de carga y pasajeros, tendrá un impacto positivo en la ecología de la región y en la seguridad vial, pues haría innecesaria la costosa utilización de pipas, tráileres y dobles semirremolques, que no solo incrementan el precio de las mercancías y de los insumos que nos llegan de otros lados, sino que aumentan los gastos de mantenimiento y el peligro de nuestras carreteras.

El impulso que recibirá en su mandato la producción petrolera y su refinación contribuirá sin duda a cumplir la meta de lograr la autosuficiencia energética de nuestro país y ayudará a restituir las fuentes de trabajo que se perdieron en las regiones dedicadas a la extracción de hidrocarburos que se encuentran en crisis por esa causa.

Para combatir la pobreza extrema, que en la región es alarmante, el cercano primer mandatario anunció que a partir del próximo año imprimirá diversas modalidades en su política social a fin de apoyar a la población más vulnerable, que abarcará tanto a los integrantes de la tercera edad como a mujeres, estudiantes, jóvenes y desempleados.

De las peticiones que los representantes de los estados le encomendaron para su atención destacan para Quintana Roo el trato preferencial impositivo, IVA del 16% al 8% y la reapertura de la Zona Libre, que probablemente reanudará las migraciones con fines comerciales de los estados vecinos; para Yucatán, la ampliación del canal del Puerto de Altura de Progreso y la distribución de gas natural.