Solidaridad

El pasado viernes me encontraba en las afueras del Peón Contreras platicando...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El pasado viernes me encontraba en las afueras del Peón Contreras platicando con unos viejos conocidos, cuando se me acercó por la espalda un hombre de edad avanzada y fuerte aroma etílico que me pidió “dos pesos para comprar su barra”. Ante aquella petición directa le interrogué: ¿Seguro usarás el dinero para una barra o comprarás cerveza? El ebrio me miró atónito a la vez que una de las personas con las que antes dialogaba le entregó, sin chistar, el dinero que solicitaba. Admito, amigo lector, que fue este acto una opresión al pecho, pues últimamente me encuentro un poco arisco cuando se me acercan a pedir caridad después de haber vivido por un año en una comunidad donde los ancianos de 75 y más se rompen la espalda trabajando para conseguir unos centavos para poder comer. Noté de inmediato, frente a esta situación, haber olvidado un acto de magia indispensable para la convivencia humana, la solidaridad, una acción que se debe realizar sin condición, donde con los ojos cerrados entregamos nuestro amor en calidad de sustancia, es un acto bello que por desgracia dejamos pasar sin meditar si realmente quien lo solicita, necesita de nuestra ayuda.

Nos obligamos inconscientemente a mirar con ojos de enojo, estereotipamos al necesitado y dudamos de él, aunque de quienes realmente dudo es en nosotros y nuestro amor al prójimo. Podrán ellos quizá estar mintiendo, pero al menos nuestra conciencia podría quedar tranquila entregando cuanto podamos cada vez que podamos.

Según la sociología, la solidaridad se refiere “al sentimiento y la actitud de unidad basado en metas o intereses comunes, ayudar sin recibir nada a cambio con la aplicación de lo que se considera bueno” y, según algunos estudios científicos, ser solidario nos puede llevar a un mejor estado de salud emocional que se refleje en lo físico y, bueno, ya lo decía por ahí cierto actor de manera burlona: “El mejor ejercicio para el corazón es agacharse y levantar personas”, pero bien podemos aplicar esta frase desde el fondo de nuestra alma y llevar a cabo sonrientemente un gran y solidario show de magia.

Lo más leído

skeleton





skeleton