Padecen los meridanos falta de agua

Reportes de distintos puntos del municipio indican falta de presión, por el incremento en la demanda.

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La Japay ha recibió un inusual número de reportes por falta de presión de agua potable. (Milenio Novedades)
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Ana Hernández/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En plena temporada de calor, cuando los termómetros rebasan los 40 grados, la Junta de Agua Potable y Alcantarrillado de Yucatán (Japay) recibió inusual número de reportes por falta de presión en varios puntos de la capital yucateca ante el envejecimiento natural de la red, la cual requiere con urgencia renovar al menos 420 kilómetros de sus tuberías.

El director general de la Japay, Manuel Bonilla Campos, señaló que durante las semanas de mayor calor de abril y mayo, se ha registrado un incremento en el consumo de agua potable, y aunque tienen capacidad de suministro, el problema es la antigüedad de la tubería que revienta por diferentes causas, entre ellas la presión.

Desde hace varias semanas, las cuadrillas de la Japay no se dan abasto para atender los reportes de baja o nula presión en zonas muy habitadas, como Francisco de Montejo o Chuburná, donde ya es necesario invertir en una cisterna si se quiere tener agua en el tinaco.

Bonilla Campos comentó que Mérida tiene una red de poco más de tres mil kilómetros, de los cuales al paso de los años, el 70 por ciento se ha renovado, lo que significa que falta por atender más de 420 kilómetros aproximadamente. 

La red de Mérida es longeva sobre todo en el Centro Histórico y algunos barrios y colonias

La antigüedad de las líneas del suministro ha modificado el esquema de trabajo para atender el problema, ahora se revisan mejor los casos y se realizan cambios de tramo, para atender de una vez varias fugas en una misma zona.

Explicó que en Mérida tienen más de 315 mil usuarios y la infraestructura permite abastecerlos, porque incluso la planta Mérida IV no funcionan a su máxima capacidad.

Sin embargo, aún les queda trabajo por realizar para modernizar la red de suministro, una labor que no se realiza en un sexenio, sino por más tiempo.

Indicó que durante la temporada de frío o lluvias las personas no resienten bajas en la presión del líquido, que ocurre el realizar trabajos de mantenimiento, reparar una fuga o construir un circuito, pero cuando las temperaturas son intensas, eso les complica realizar diferentes acciones.

Sobre los reportes de fugas de agua o problemas en el suministro, indicó que desde que se recibe la solicitud por la vía que sea, se  manda a verificar para conocer el impacto que  tiene y llevar el material que se requiere.

La red de Mérida es longeva sobre todo en el Centro Histórico y algunos barrios y colonias. Esto fue más evidente cuando comenzó a funcionar la planta Mérida IV, que fue diseñada pensando en atender la demanda de la parte poniente de la ciudad.

Pero en esa parte de Mérida también hay fraccionamientos antiguos y cuando se incrementó la presión colapsó en algunas zonas. “Esto ha ocurrido desde el Chembech hasta Centro Histórico y Francisco de Montejo. En Chenkú se realizaron más de 40 acciones”, dijo.

Escasez normal 

Aunque no es tan perceptible como hace una o dos décadas, la fuerza del agua sí disminuye debido a la demanda excesiva por el consumo del agua durante la temporada de calor, señalaron vecinos de comisarías conurbadas con Mérida y de algunos fraccionamientos ubicados en el poniente de la ciudad.

Guadalupe Can, quien vive en la comisaría de Xcumpich, que ha sido absorbida por el desarrollo de la ciudad tanto comercial como residencial, comentó que hace 10 años cuando había mucho calor sí resentían la falta de agua.

Consideraba esto normal, porque eran muchos los que querían obtener el líquido para bañarse o llenar sus piscinas para no sentir el efecto del sol, y el agua no subía “al tinaco”, sino que tenían que llenar sus cubetas.

“Claro que estaba más fresca, que la que salía del tinaco aunque era de  cemento, pero había que acarrearla, primero esperar que se llene, porque no salía mucha”, expresó la mujer al tiempo que comentó que ahora, aunque sí notaron que el “chorro” no era muy fuerte, no les faltó el agua.

Por su parte, Elvira Sosa, quien vive en el fraccionamiento Francisco de Montejo, comentó que tal vez por el número de viviendas en esa zona de la ciudad, sí resiente la falta de agua, pues es muy común que las viviendas tengan una cisterna con bomba para lograr que llegue al segundo piso.

En Chuburná, el martes 12 pasado, parte de sus habitantes percibieron el problema. Claudia Cervera comentó que no se habían dado cuenta, hasta que les faltó el agua, preguntó a sus vecinas y éstas le dijeron que tampoco tenían agua potable.

En el oriente de la ciudad, como en la colonia Emiliano Zapata Oriente, los vecinos también han resentido una baja de presión en el agua potable, sobre en los días de mayor calor, como ocurrió hace casi un mes, y aún ahora. Sin embargo, atribuyen ese problema a los cortes de energía eléctrica de la CFE, toda vez que esta paraestatal ha suspendido el servicio por horas debido a trabajos de mantenimiento y conexión.

Las personas saben que en la colonia hay una planta de la Japay sobre la calle 39, pero no saben si de ahí se distribuye a la colonia o se envía a otra colonia o fraccionamiento, pues en Polígono 108 hay otro cárcamo.

Lo común en cada caso fue que como todos, el agua, sin importar si tenían tinacos de cemento o de plástico, en los días de mucho calor sale caliente.

Creciente demanda

Las primeras tuberías de Mérida eran de un material ferroso muy resistente, pero ahora resulta caro tenerlo en toda la ciudad, además por sus características dificulta atender los problemas de fugas de agua.

En diferentes administraciones estatales los cambios de tubería propició el uso de mejores materiales, en lagunas zonas se utilizó incluso el asbesto.

Sin embargo, ahora se utiliza PVC hidráulico que aguanta más, porque está diseñado para atender la presión del líquido que se transporta por ellos para enviar el líquido a los nuevos fraccionamientos. Cada año, el número de viviendas en la ciudad aumenta de 10 mil a 12 mil.

Sobre la edificación de nuevas viviendas, la Japay supervisa con los constructores que en la red de agua utilicen materiales autorizados, “no patitos”, porque una vez que “reciban” la obra la dependencia es la responsable de la infraestructura.

Los nuevos materiales que se utilizan en la distribución del agua potable tienen una duración de 15 a 25 años.

Además de la creación de circuitos, también han realizado trabajos de reingeniería, lo que ha permitido mejorar la presión del agua en algunas colonias como la Nueva Chichén, una parte conturbada con Kanasín.

Debido a las condiciones del suelo de Yucatán, los ductos que transportan el agua potable tienen mayores posibilidades de conservación,  no sólo es una superficie plana, sino que el subsuelo es pétreo y calizo, esto abona a que se prolongue la vida útil de la estructura.

La Japay utiliza abrazaderas especiales para sellar tramos o fugas; algunas de ellas cuestan 70 dólares y otras más grandes hasta 350.

Tienen un stock de los materiales que necesitan y conforme se utilizan se repone para no quedarse sin suministros.

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