Víctor Hugo Lizama/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Disfrutando de la bella costa norte de Yucatán y tratando de evitar tanta gente, decidimos visitar el puerto de Sisal. Ahí nos encontramos con la riñonina (Ipomoea Pes-Caprae), unos pasos antes de entrar al mar, justamente en la llamada duna costera.

Buenamente se encuentra bastante sana esta franja de la costa, pero es triste ver la cantidad de basura que los vacacionistas dejan ahí. Siempre recordamos que de vacaciones en la playa la gente adulta decía: “Hay que estar pendientes del señor que deshierba y decirle que quite la basura del frente de la casa” (se referían a esta planta que cumple la función de que exista la playa).

Es un buen estabilizador primario de arenas, siendo uno de las primeras especies para colonizar dunas. Se le conoce en México como riñonina o rompe-piedra, por su uso terapéutico contra los cálculos renales.

Su nombre científico viene de Ipomoea: nombre genérico que procede del griego ips, ipos="gusano" y homoios="parecido" y pes-caprae=la forma de las hojas semejan las huellas de las pezuñas de una cabra. Es una planta que se encuentra en varios estados costeros del sur y sureste del país como Veracruz, Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco y Oaxaca, y se usa principalmente para tratar dolor e inflamación del riñón. En la medicina tradicional se usan las flores o el tallo con sus hojas, porque se consideran muy efectivos para afecciones renales.

También se utiliza contra el reumatismo, asma, disentería y dolor de cintura. La riñonina cura los piquetes de animales venenosos y baja la fiebre; además, se le atribuyen propiedades diuréticas y se emplea como purgante. Aun cuando su uso es reciente, desde mediados de siglo XX se ha empleado para tratar enfermedades urinarias.

Algo muy interesante es la aplicación de la riñonina para atender las picaduras de medusa; diversos estudios demuestran que la riñonina neutraliza las actividades tóxicas de venenos de distintos tipos de medusa. Lo increíble, a decir verdad, es que esta planta crezca prácticamente en cualquier playa tropical (donde abundan generalmente las medusas) y sea de fácil acceso para cualquier persona que ha sido atacada por estas criaturas acuáticas. Mi correo es: [email protected].