La grosella, tan ácida como bondadosa

Este fruto es astringente y oxidante, además actúa como tónico del hígado y es rico en vitaminas A, C y minerales.

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La grosella se da con abundancia en sitios tan remotos como Vietnam y Laos, al igual que en la India. (SIPSE)
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Víctor Hugo Lizama Morales/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Aquí tenemos otro fruto que ya pocos consumimos en nuestra región. Hace quizá 30 años era muy común comerlas con sal o chile en polvo. Cuando mejor nos iba, nuestras abuelas o madres nos hacían esta fruta en dulce. 

Se cree que la Grosella (Phyllanthus acidus)  tiene su origen en Madagascar y que de allí se ha llevado a las Indias Orientales. Se dice que se introdujo en Filipinas en tiempos prehistóricos y se cultiva en todas las islas, pero no ampliamente. Es más comúnmente cultivado en Indonesia, Vietnam del Sur y Laos, y con frecuencia en el norte de Malaya, y en la India en los huertos familiares. 

El árbol es familiar en las aldeas y en explotaciones agrícolas en Guam, donde la fruta es de la preferencia de los niños, y aparece en Hawai y otras islas del Pacífico.

Fue introducido en Jamaica en 1793 y se ha extendido por todas las islas del Caribe, las Bahamas y las Bermudas. Se ha naturalizado en el sur de Mexico y las tierras bajas de Centroamérica y, de vez en cuando, es cultivado en Colombia, Venezuela, Surinam, Perú y Brasil. También en el Sur de la Florida.

Los frutos son comestibles. Se consumen frescos, pero por su acidez se usan principalmente en la preparación de jaleas, conservas y dulces en general. Al cocerlos con azúcar se vuelven de color rojo brillante y de ellos resultan exquisitas conservas. 

Esta fruta contiene vitamina A, C, potasio, hierro, calcio, taninos, ácido oxálico, ácido málico, fibra, fósforo, azufre y carotenos.

Ayuda a mejorar el tránsito intestinal, es astringente y antioxidante, sirve para la formación de colágeno, favorece los dientes y huesos, activa la absorción del hierro de los alimentos, promueve creación de glóbulos rojos, previene las infecciones, actúa como tónico del hígado, ayuda a combatir la gota y aumenta el apetito.

Sus hojas se utilizan como apósitos para tratar la ciática, el reumatismo y el lumbago. La raíz hervida e inhalada en vapor alivia la tos y el dolor de cabeza. Además, la raíz y las semillas poseen propiedades purgativas.

Según el “Libro del judío”, las hojas y flores remojadas en alcohol con cáscara de china (naranja), dando frotaciones, son buenas para curar las fiebres y calenturas nocturnas. 

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