La vida la dio otra oportunidad y centró su vocación en el dar

La prueba más grande que sufrió María Patricia Cabrera Rivero la llevó a ayudar a mujeres para enfrentar el cáncer de mama en Con Tacto.

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"Afortunadamente conté con tres cosas principales para mi recuperación: Dios, el amor de mi familia y amigos, y un excelente equipo de doctores” aseguró María Patricia Cabrera Rivero. (Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Con una vocación de servicio inculcada y desarrollada a través de su labor en el área de la educación, María Patricia Cabrera Rivero aprendió desde muy joven que “a la vida venimos a dar”, a pesar de las dificultades, porque brindando parte de uno mismo a los demás o a una causa, el pago por ello es el aprendizaje, el crecimiento profesional, personal y espiritual.  

Cabrera Rivero es la directora ejecutiva del Instituto de Asistencia Privada “ConTacto, lucha por la defensa y salud de las mamas”, agrupación que impulsó por la necesidad de informar y ayudar a las mujeres para que enfrenten de la mejor manera el cáncer de mama.  

Desde su experiencia, dolorosa, pero luminosa en la superación del cáncer, cambió su manera de percibir la vida y su entusiasmo por “dar” se fortaleció. 

De manera simultánea trabaja para lograr impactos sociales en las nuevas generaciones como directora del Departamento de Desarrollo Humano, de la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán, dependencia en la que ha laborado en diferentes áreas desde hacer casi tres décadas. 

Juventud, preocupada y ocupada

Patricia recuerda que su vocación de servicio la aprendió de su madre Vilma Rivero Cervera, quien le inculcó el valor del trabajo bien hecho, ético y la importancia de ser empático con el dolor ajeno.

Con esas bases, desde la adolescencia comenzó a trabajar de niñera de pequeños con necesidades educativas especiales. Su primera profesión fue como educadora, de esta manera  reforzó la orientación de su carrera en materia de educación, porque descubrió que realmente le enriquecía la enseñanza, tanto regular como para personas con discapacidad. De esta manera  también estudió la carrera de Educación Especial, con especialidad en Deficiencia Mental, posteriormente una maestría en Educación y varios diplomados. 

Desde muy joven el estudio lo combinó con el trabajo y con su rol de madre, conjugando todas las áreas sin detenerse.

La vida le pidió una pausa 

Con ocupaciones en varias áreas, responsabilidades y múltiples proyectos en desarrollo, la vida le pidió una pausa, un momento para escuchar a su cuerpo y sobre todo atenderlo.

“Reconozco, y siempre lo comparto en las conferencias, reconozco que fue producto de una negligencia mía, porque no me ocupaba de mi salud, porque estaba pendiente de todo menos de mí, me olvidé y cuando me dieron el diagnóstico, todo cambió. No importó que fuera una mujer preparada profesionalmente, porque era una ignorante de mi vida, porque no me hice a tiempo los estudios de mamografía”, apuntó recordando el día que se enteró que tenía cáncer de mama, que eventualmente la condujo a la mastectomía, es decir la extracción de uno de sus pechos. 

Este cúmulo de información que cayeron a su vida como inesperada lluvia fría, fue en marzo, un mes que tiene muy guardado en su mente y su corazón, porque fue cuando se replanteó sus prioridades y comenzó el proceso de tratamiento. 

“Recuerdo que cuando me dieron la noticia lo primero que pensé fue Dios mío ayúdame, dame la fortaleza para enfrentar esto. No recuerdo haberme peleado con la vida y con Dios. Lo más difícil fue decirle a mi hijo,  fue tan fuerte para él que se desmayó. Afortunadamente conté con tres cosas principales para mi recuperación: Dios, el amor de mi familia y amigos, y un excelente equipo de doctores”, agregó. 

Luchando contra el cáncer y por la vida

A pesar del tratamiento agresivo que implica el cáncer, María Patricia tampoco se detuvo, la pausa le sirvió para revalorarse, pero nunca abandonó su labor. Desde casa le habilitaron una oficina y sus compañeros de trabajo la visitaban y desarrollaban los proyectos en su cuarto. De manera paralela, para documentar su experiencia y por su amor a la literatura, se dedicó a escribir una especie de bitácora en la que expresaba lo que sentía en el cuerpo y su corazón cada día de tratamiento.

“Al mes que me retiraron el seno era mi cumpleaños (26 de abril) fue uno de mis cumpleaños más tristes, me acababan de dar quimioterapia, mi cuerpo, mi cabello estaban en malas condiciones, al momento de apagar las velas no pude soplar, mis seres queridos me ayudaron y mi familia en medio de lágrimas de emotividad, pero también de ánimo, todos querían que sonriera. En esa ocasión tuve que seguir el festejo en cama, apapachada, pero pensaba: esto no puede ser y tengo que hacer algo para ayudar, para que las mujeres no pasen por lo que estoy pasando y puedan cuidar su salud a tiempo”, recordó. 

Con el espíritu y el cuerpo  fortalecido y en recuperación, regresó a su labor en el departamento de desarrollo humano de la Segey, asistía a los eventos y a las actividades con mascada y pañuelos para verse y sentirse bien, evitó las pelucas y poco a poco, su cabellera creció junto con su ánimo por la vida. 

Nace una organización Con tacto

Luego de los episodios más fuertes de su enfermedad, la mastectomía y la adaptación a su vida laboral, su intención de compartir la experiencia, así como la información para que las mujeres tomen conciencia de la importancia de la autoexploración y revisión médica, y comenzó un grupo que inició como club de amigos, que compartían la misma condición o muy cercanos al cáncer. 

Esta iniciativa la impulsó con Yrma Sabido Bastarrachea sobreviviente que se volvió una de sus amigas más cercanas por esta experiencia compartida y con la misión de informar se constituyeron y posteriormente se capacitaron para lograr la Institución de Asistencia Privada, Con Tacto. 

Perfil

  • María Patricia Cabrera Rivero nació el 26 de abril.
  • Es directora ejecutiva de ConTacto, asociación presidida por Rita Bustillos Navarrete.
  • Este año recibió de manos de Diane Carrillo Vega, presidenta de la Asociación de Empresarias y Ejecutivas del Sureste (Amees), el reconocimiento por su labor en la lucha contra el cáncer de mama.
  • Con Tacto desarrolla acciones en colaboración con el DIF Estatal, el Instituto de Equidad y Género de Yucatán, el Centro de investigaciones Científicas de Yucatán, la Universidad del Valle Grijalva, la Secretaría de Salud y la Secretaría de Desarrollo Rural. 

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