El acondicionamiento psicológico es vital en el entrenamiento de las artes marciales, las cuales traducidas en defensa personal dan como resultado la reacción correcta en un momento de estrés y adrenalina ante un eventual ataque. No es lo mismo estar en clase, adaptando una técnica, que tener en la calle a una o más personas dispuestas a dañarnos.

Un ejemplo puede ser que el alumno se encuentre con una persona enojada en la calle, lo insulta y amenaza con golpear, el estudiante trata de evitarlo, incluso siente temor ya que no está acostumbrado a este tipo de situaciones, el “agresor” lo empuja y le lanza un golpe; es ahí que en cuestión de fracciones de segundo se toma la decisión o se va hacia atrás y esquiva el ataque, aplica lo aprendido en el entrenamiento y nulifica la agresión con técnica, que se controla, y no con violencia que es indomable.

El entrenamiento se manifiesta pero debe estar acompañado de seguridad en sí mismo, ser capaz de encajar varios golpes a la vez en puntos vulnerables, sin perder de vista que no debe dañar de más al oponente.

Es importante mantener el control de las emociones, esto es importante, ahí radica la diferencia entre el éxito o no saber defenderse; sin embargo, el llevar a cabo nuestras acciones con seguridad se proyecta en lo que emprendemos, dando imagen de líder, seguro de sí mismo, capaz de alcanzar metas y objetivos, siempre con algarabía.

Las clases deben acercarse lo más posible a situaciones reales y los alumnos deben exponer casos de agresión para analizarlas y aprender las técnicas para neutralizar esos ataques.

Se deben preparar a los alumnos para repeler agresiones en todos sitios y tener como aliada principal a la mente con pensamientos seguros, que acompañados de un entrenamiento intenso dan como resultado el éxito en la defensa.

La pelea en piso tiene especial importancia, en especial para mujeres, por lo general es ahí cuando el agresor busca dominarlas, saber manejar ese concepto es fundamental ya que el oponente trata de imponer su fuerza física a toda costa.

De esta manera se busca la defensa personal explosiva, siendo capaces de aprovechar nuestros pensamientos para ganar, esa es la diferencia con el entrenamiento tradicional, adaptar las técnicas a nuestro tiempo.