Sonreír y ser feliz, recomendación de un anciano de 107 años

Don Filiberto Puc es el hombre más longevo de Yucatán. Recomienda trabajar, comer y dormir bien, además no fumar ni tomar.

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Don Filiberto Puc de Dzidzantún fue uno de los invitados especiales de la Expo Adulto Mayor 2014 en el Siglo XXI que cortó la cinta de inauguración. (Milenio Novedades)
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Jesús Mejía/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Don Filiberto Puc, originario de Dzidzantún, Yucatán, cuenta a sus 107 años con ocho hijos, 40 nietos, más de cien bisnietos y tataranietos. Es el anciano más longevo del estado de Yucatán. 

En el marco de la inauguración de la Expo Adulto Mayo donde asistió como invitado especial, se le preguntó

¿Cuál es la fórmula para una vida prolongada?

Sin pensarlo mucho y con una lucidez a prueba de todo respondió: “No hay fórmulas, se trata de tener una vida sencilla, trabajar, comer bien, dormir bien, no beber licor, aguardiente, ni esas cosas, y mucho menos fumar”.

Don Filiberto, quien rebosa buen humor, comenta que ser feliz, estar sonriente y llevarse bien con todos es bueno para la salud.

El anciano, quien apenas el pasado 22 de agosto cumplió 107 años, es el prototipo de hombre nacido de buena cepa, sencillo, perteneciente a la vida del campo, que apenas dejó hace seis años, tiene una vitalidad que asombra incluso a su propia familia.

De baja estatura y cuerpo macizo, todavía fuerte, escucha bien y se expresa sin ningún problema de lenguaje. No requiere silla de ruedas para desplazarse de un lugar a otro. Lo hace despacio, “como perdonando al viento” dice la famosa canción “Mi Viejo”. 

Comenta que tuvo diez hijos pero dos fallecieron y que a todos, “Gracias a Dios”, les inculcó la importancia del trabajo y de vivir sanamente. Nadie de ellos toma ni fuma, asegura.

Don Filiberto dice que es un hombre agradecido con el Cielo. “Todos las noches cuando voy a acostarme o cuando voy a levantarme, agradezco a Dios que me da un día más de vida”.

Al preguntarle sobre alguna experiencia importante en su vida,  sin mucho cavilar responde: “Conocer a Felipe Carrillo Puerto en Motul, cuando yo era un niño de ocho años de edad", comentó. 

Respeto a la mujer

Recuerda que enviudó hace 40 años y no volvió a casarse. Su esposa se llamaba Maximina May, a quien dice recordar todos los días. En ese sentido, expone que es bueno respetar a la mujer y nunca pegarle. 

“Lo buscaron otras mujeres, pero prefirió mantenerse solo”, comentó con cierta picardía la nieta de Don Filiberto, Nilvia Cortés, quien expuso que para la familia es un orgullo contar con un señor como él en casa.

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