|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El 4 de octubre pasado fue para mí una respuesta de la vida, un susurro amoroso, una caricia en la espalda, un parteaguas, una sonrisa del futuro...

Después de doce años de estar vetada del ICY y Sedeculta por ser hermana de un político incómodo para ellos (hermano del cual, por cierto, me siento profundamente orgullosa y aceptaría mil vetos más con toda dignidad si eso es lo que toca); después de esos años con todas las puertas cerradas y mi nombre eliminado de cada proyecto donde apareciera, hice un pacto con la vida: dejaría de llorar por la injusticia que me parecía había vivido y empezaría a abrir otras puertas más allá de mis fronteras y escribir mi nombre en otros cielos... la vida me respondió.

Haber estado en el escenario del Teatro Metropolitan de la capital fue para mi ser como un mensaje divino, un recordatorio, un dulce sí de la vida luego de muchos no, aún después de más de veinte años de estar picando piedra en este camino nada fácil de la canción de autor en armonía con la maternidad.

Que veinte años no es nada..., decía Gardel.

Y hubo quienes desahogaron sus frustraciones en mis redes sociales acusándome de “estar donde estoy” gracias a favoritismos políticos, pero los comprendo porque no saben nada de mi vida ni de mi andar, y no tienen por qué saberlo.

Me quedo con toda esa gente que me entrega el alma como pago por entregarles la mía en cada escenario, en cada canción, en cada letra, y con la amistad de los grandes que me han regalado un ladito en sus escenarios y han confiado en mi trabajo; sigo en el día a día, abriendo puertas y corazones, dando un canto de esperanza, palabra de aliento, promesas de amor y gritos de libertad, como mi más reciente producción que, por cierto, ya se encuentra en todas las plataformas digitales y presentaré el 8 de diciembre en esta ciudad.
Y a las nuevas administraciones solo les pediría no que me ayuden, nomás que no me jodan. Yo solo quiero cantar.

Lo más leído

skeleton





skeleton