El pasado lunes 2 de julio, la Universidad Estatal de Colorado, en los Estados Unidos, a través de los doctores Philip J. Klozbacht y Michael M. Bell, emitió el tercero de sus pronósticos de la temporada de huracanes de 2018.

Los doctores Klozbacht y Bell son quienes continúan con el proyecto de pronóstico de huracanes para la cuenca del Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe que inició y encabezaba el ya fallecido Dr. William Gray, conocido como el gurú de los huracanes.

Hay que recordar también que la Universidad de Colorado emite cuatro pronósticos durante la temporada de huracanes: el primero a principios de abril, el segundo un día antes que comience la temporada o sea el último día de mayo, el tercero a principios de julio y el último a principios de agosto.

En este tercer pronóstico los científicos dicen que, con base en los estudios del comportamiento de la cuenca del Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe y lo que se ha visto también de la atmósfera, consideran ahora que habrá una baja significativa en la posible formación de ciclones tropicales con nombre en relación con los dos pronósticos precedentes.

Este año, entonces, quedaría de la siguiente manera: 11 ciclones tropicales con nombre, de los cuales se espera que seis sean tormentas tropicales, cuatro huracanes moderados (categoría 1 y 2 de la escala Saffir-Simpson) y un huracán intenso (categoría 3, 4 y 5 de la misma escala Saffir-Simpson), de modo que ahora la temporada pronosticada estaría un poco por debajo del promedio de ciclones tropicales con nombre a formarse, el cual es de 12.

Esta baja se debe a que el Atlántico Tropical y Subtropical continúa presentando en las aguas superficiales temperaturas frías y a la posible formación del fenómeno de El Niño, que provoca una baja en la formación de estos ciclones tropicales, debido al incremento de los vientos cortantes que no favorecen al desarrollo de esos fenómenos.

¿Es esta una buena noticia? Definitivamente no del todo, ya que, sin importar el número de ciclones pronosticados, bastará que uno nos afecte para decir que fue una mala temporada. No hay que bajar la guardia.