Martha Chan/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El padre rector del Seminario Mayor, Jorge Antonio Laviada Molina, rindió su informe anual de actividades en el aula magna del Seminario Mayor, y posteriormente ofreció una misa de invocación del Espíritu Santo junto con el Arzobispo de Yucatán, monseñor Emilio Carlos Berlie Belaunzarán y el vicario episcopal del clero, Melchor Rey Trejo Alvarado.

En entrevista, Laviada Molina informó que los seminarios Mayor y Menor cuentan con 127 estudiantes, algunos de ellos acuden a la Preparatoria Yucatán “Luis Miguel Cantón Marín”; además, desarrollan actividades educativas complementarias como deporte, oración, labores de aseo y mantenimiento de las instalaciones, formación humana, espiritual y apostólica.

El padre rector agradeció a los miembros del equipo formador, presbiterios, laicos y religiosas que apoyan en la labor que lleva al cabo en el seminario, y resaltó el apoyo de monseñor Berlie Belaunzarán.

Agregó que cada cierto tiempo tratan de ponerse al día de las necesidades de los jóvenes, ya que la cultura contemporánea cambia velozmente y se renuevan los elementos vocacionales, de manera que la línea más fuerte es la continua actualización de los proyectos de acompañamiento de los seminaristas, además de los proyectos de la Pastoral Vocacional que ayudan a tener números adecuados de ingresos al año.

Explicó que hay 34 jóvenes en la etapa teológica, es decir, que están en la recta final, de los cuales nueve están por concluir esos cinco años de estudios.    

-Tres de esos jóvenes se encuentran estudiando en Roma, pero al terminar sus estudios allá retornarán a Mérida para ser ordenados -aseveró.

"El rector del seminario sabe que el trabajo que le toca coordinar es un trabajo de Iglesia, el don del sacerdocio ministerial ejercitado por cada uno de los miembros del equipo formador y de los presbiterios que colaboran como maestros o acompañantes del apostolado de los seminaristas, unidos a los servicios de la vida consagrada y la ayuda de los laicos nos muestra la fuerza activa del amor de Dios", dijo en su mensaje el padre rector.

"Anhelar el sacerdocio como estilo de vida propio hoy es ir contra corriente y supone un esfuerzo determinado y serio de parte de todos nosotros, es caminar hacia Jerusalén para morir y resucitar con Cristo cada día", concluyó.