El Zapata triunfa en la Plaza Mérida

Corta sendas orejas a sus dos enemigos; el encierro, duro, serio y con peligro de Mimiahuapan.

|
El Zapata dio muestras de su habilidad con las banderillas. (Fotos: Milenio Novedades)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El Oriental/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Las expectativas se cumplieron: hubo toros de verdad en la Mérida, con presencia, edad y trapío. El número 348, bautizado Barbaján, hizo honor a su nombre. Nomás puso las pezunas sobre la arena, demostró que no traía humor para hacerle la tarde a nadie: fue recibido con aplausos de la concurrencia que llenó tres cuartos de plaza a pesar de la lluvia y el amago de Chac de seguir vertiendo agua sobre el coso.

Finalmente todo quedó en celeste finta y bajo un cielo medio nublado -con atraso de 14 minutos respecto de la hora anunciada: las 4 de la tarde- hicieron el paseíllo Uriel Moreno 'El Zapata', Manuel Escribano y el aguascalentense Leo Valadez.

Como esperaba la afición, el festejo tuvo un ingrediente de peligro real ante el lote de cinqueños que mandó Mimiahuapan y que hicieron sufrir a caballos y picadores, a los que hicieron rodar por tierra al menos tres veces. También dieron pie a inusitadas ovaciones a los piqueros, en el que abrió plaza, Orejón, que tras un tumbo al del castoreño recibió un puyazo en todo lo alto, y Barbaján que, tras derribar al de turno, se fue de largo contra el que cuidaba la puerta que le metió soberbio puyazo y aguantó el empuje de los 620 kilos de músculo.

Aunque al diestro tlaxcalteca, según dice, no le interesan las estadísticas, hay que consignar que se alzó con sendas orejas de Orejón, 580 kilos, y Puya Loca, el cuarto de la tarde y de 580 kilos, a los cuales pasaportó de certeros espadazos tras faena variada en ambos casos y adornada con las banderillas como era de esperarse al ser uno de los grandes ejecutantes del segundo tercio en México y dondequiera. El diestro de Emiliano Zapata, Tlaxcala, se metió al público a la bolsa al ejecutar el par monumental, de su creación, a Puya Loca. La afición lo premió con vuelta al ruedo.

Uriel Moreno 'El Zapata' cortó dos orejas.

Escribano fue duramente castigado por Barbaján cuando apenas iniciaba su trasteo con la muleta. El burel lo prendió en la pierna izquierda, aunque afortunadamente sin herirlo, pero lo dejó conmocionado. Al reponerse, logró algunos pases de mérito por la derecha y por la izquierda y se tiró a matar. Dejó poco más de medio estoque y agradeció desde el tercio los fuertes aplausos que premiaron su buen hacer con los palos y su valor.

Entre los muchos detalles que vale la pena señalar, sobre todo habría que destacar que fue una tarde de sonoras ovaciones e imponentes silencios en momentos en que se olía el peligro al que estuvieron expuestos los tres alternantes. También hay que destacar la buena actuación de las cuadrillas que se esmeraron por cumplir la importante tarea que les toca en el ruedo con oportunos toques y una brega que hacía tiempo no observábamos en la Mérida.

Escribano, en un derechazo al imponente Barbaján, tras un revolcón.

En resumen: El Zapata y Escribano llenaron las expectativas. Los toros hicieron sentir su presencia en la arena y no fueron precisamente dulces. Barbaján no defraudó a los que esperaban verlo en el ruedo.

Leo Valadez quedó a deber, pues no quiso ver ni de lejos a sus dos enemigos, duros y con peligro.
La Mérida cumplió el sábado 89 años, pero pocos se enteraron.

Barbaján puso en aprietos a los actores del ruedo. 

Lo más leído

skeleton





skeleton