Duermen hasta en la calle tras incendio en exbasurero de Mérida

Varias familias de Los Tamarindos I y II se ven obligadas a dormir afuera de sus casas por el humo que aún continúa.

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Varias familias de Los Tamarindos I y II se ven obligadas a dormir afuera de sus casas debido a que el humo aumenta el calor en el interior de las viviendas. (Fotos: Jorge Acosta/Milenio Novedades)
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Óscar Chan/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- El incendio que se originó el domingo pasado en las lagunas de oxidación en el norte de la ciudad, a un costado del Centro de Rehabilitación Teletón (CRIT), ha provocado que unas 250 familias de las colonias Los Tamarindos I y II se vean afectadas, a tal grado de que algunos vecinos duermen afuera de sus casas o en las terrazas para lidiar con el calor y el humo.

Más de una veintena de vecinos de esa colonia se manifestaron a la altura del Anillo Periférico para exigir que se apague el fuego, por lo que durante horas mantuvieron bloqueada la carretera, generando congestionamiento vial hasta después del mediodía.

Guadalupe Echeverría, una de las vecinas damnificadas, explicó que a tres días del inicio del siniestro los vecinos continúan resintiendo afectaciones y ahora temen por su salud.

“Estamos terribles. No podemos dormir con el humo y corremos mucho riesgo, ya que tenemos hasta gasolineras y escuelas cerca. Vinieron pipas, pero no han sido suficiente porque no apagaron el fuego y el humo negro sigue”, abundó.

Añadió que por el calor y el mal olor que despide el lugar siniestrado los vecinos han modificado sus actividades, en especial por las noches, cuando intentan dormir y el “bochorno” que se siente en la zona no los deja.

“Es un problema que afecta en especial a los niños, pero también a los adultos y hasta a nuestros animales, todos estamos sufriendo con esto. Ni siquiera podemos dormir por la noche y ya llevamos tres días así”, relató.

Por su parte, la vecina Rosario Uicab aseguró que otro de los problemas generados por el siniestro se presenta en la elaboración de sus alimentos, ya que el humo y el mal olor ingresan a las casas, lo que hace imposible cocinar.

“Hasta el agua y la comida nos saben a humo. Huele muy feo y los niños están saliendo afectados”, exclamó.

Elementos de Bomberos y de Protección Civil trabajaban en los alrededores para controlar el siniestro, que ha consumido más de 30 hectáreas.

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