MÉRIDA, Yuc.- El adagio “todo lo que digas será usado en tu contra” se aplicó a la joven Mabel R. D., quien fue vinculada a proceso por el delito de encubrimiento por la ayuda que prestó al asesino del chofer de Uber a desaparecer el cadáver de éste en Chuburná Puerto y las acciones que tomó para que el homicida pudiera escapar. El juez basó su argumentación en la propia declaración de la acusada ante el Ministerio Público.

El juez primero de control de Mérida, Antonio Bonilla Castañeda, señaló que la acusada tuvo varias oportunidades para pedir ayuda o informar a las autoridades sobre el asesinato, pero por el contrario, decidió permanecer y ayudar al autor material del crimen, el “empresario” Vidal P. F., a deshacerse del cuerpo de Néstor Mariano Marín Zapata, al que asesinó de un balazo en el cráneo en el interior de un departamento del edificio “Magnia”, de Altabrisa, y escapar, ya que incluso lo llevó en su camioneta Trax a Ciudad del Carmen, Campeche, para que abordara un autobús hacia el centro del país.

“Es de resaltar que en su propia declaración ante el Ministerio Público la acusada hace referencia de que estaba amenazada por Vidal P. F., pero cuando ella regresa de Ciudad de Carmen el 18 de marzo pasado, esperó dos días para ir a la oficina en donde se cometió el crimen para limpiar las evidencias”, expresó el juez.

También, relató el juez, la joven señaló que luego de semienterrar en la arena la maleta con el cadáver de Marín Zapata, tuvo varias oportunidades de pedir ayuda y de no participar en el encubrimiento, pues en principio de cuentas su encomienda solo era llevar una maleta a su jefe, pero se quedó en el lugar –sin que se lo pidieran- a pesar de que notó que “algo sospechoso” ocurría, ya que no le fue permitido encender las luces y el ahora prófugo llevó el equipaje al baño, donde es ilógico que ahí estuvieran las computadoras que empacaría. Incluso ella arrastra la maleta para sacarla del edificio, aunque en su declaración manifestó que “no sabía del contenido” de la maleta.

Igualmente, cuando estuvieron en Chuburná Puerto durante dos días, incluso fueron comer a un restaurante, y tampoco pidió ayuda, a pesar de que ya tenía conocimiento total del hecho delictivo, pues ella misma declaró que cuando fueron a arrojar la maleta, vio que un pie con un calcetín se salía de la misma, pues el cuerpo no cupo bien.

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La joven mantiene su libertad provisional, ya que el delito que se le atribuye no es grave. Se le colocó un brazalete electrónico.