Vivió 67 años sin saber que no existía… legalmente

Luego de que el huracán Wilma dañó sus pertenencias, Sonia intentó conseguir una copia de su acta de nacimiento, no encontraron su registro.

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Sonia obtuvo su papel de identidad, mejor conocido como acta de nacimiento, mediante un programa estatal. (SIPSE)
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Ana Hernández/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Sonia tiene 67 años, desde joven aprendió a trabajar y por muchos años fue una empleada doméstica; casi al cumplir los 60 años fue contratada como intendente en una empresa donde estuvo por seis años hasta que un día le dijeron que ya le habían dado de baja en el Seguro Social porque su relación laboral había concluido.

Aunque nunca estudió, no se considera tonta; sabe ubicarse y valorar el trabajo que realiza; sus opciones de ahorrar para sus vejez fueron escasas y hoy, casi siete décadas después tiene el apoyo de una joven madre trabajadora que le da alojamiento y casa, a cambio de cuidar a su hijo.

Debido a que nunca se enfermó de gravedad tampoco se percató de que la vieja acta de nacimiento que tenía para identificarse, y en la cual presuntamente nació en Samahil, no servía. 

Oriunda de Yucatán, la búsqueda de empleo la llevó por muchos años a vivir en Quintana Roo, donde consiguió su único trabajo formal, en el cual, al verificar que había sido “dada de baja”, también encontró que aunque estaba en nómina sólo le registraron 14 cotizaciones ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), así que al quedarse sin empleo no tuvo acceso a la cobertura por unos meses o semanas de este apoyo médico.

Legalmente no existía

Además, fue de las damnificadas por el paso del huracán “Wilma” en ese Estado, ya que sus cosas se mojaron afectando sus pertenencias, entre ellas su vieja acta de nacimiento, así que al regresar a Yucatán y acudir por una copia se encontró con que simplemente no existía.

La falta de conocimiento la llevó a dar varias vueltas hasta que finalmente fue orientada a entrar al programa “Ser Yucateco es un Orgullo”, en el cual, luego de siete meses, por fin obtuvo su acta de nacimiento.

Con el documento ha tramitado ya su credencial del IFE y con esta identificación podrá registrarse en el Seguro Popular y entrar al programa 65 y más para recibir un apoyo, pues pensión no tendrá.

Rufina Candelaria Chi Can, del municipio de Motul, es otro caso; ella ha vivido siempre en el campo, se casó y tuvo hijos, pero al intentar que fuera beneficiaria de un programa, cuando le pidieron un acta reciente, encontraron que tampoco existía.

Hace unos días, acompañada de su hijo Saturnino Canul Ek, acudió a recibir su documento. Ahora podrá tener acceso a servicios de salud y apoyos económicos y despensas, ya que tramitará la credencial de elector que la ayudará a identificarse.

En Motul también vive Jade Yazmín Pech Chalé, tiene año y medio de vida, y aunque su madre dio a luz en el Centro Materno de Mérida, por alguna razón no les entregaron el documento de registro de nacimiento de esta pequeña, así que no la había podido asentar, mucho menos solicitar la entrega de la cartilla de vacunación; apenas comenzará a recibir las defensas, pues con este documento su madre, Alejandra Aracely Pech Chalé, la inscribirá en el Seguro Popular.

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