Candelario Robles/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de suspender temporalmente los permisos de siembra de soya transgénica en la Península, que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) había otorgado a la trasnacional Monsanto, fue aplaudida por los productores de miel de Yucatán, que también manifestaron su entusiasmo ante la suspensión temporal de la autorización.

El empresario mielero Herman Beutelspacher fue directo y afirmó que la decisión de la Corte garantiza la exportación de la miel yucateca a su principal mercado: Europa.

Explicó que los permisos otorgados por la dirección general de Sanidad Vegetal del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), dependiente de la Sagarpa, a la trasnacional Monsanto eran violatorios del derecho de consulta de los apicultores.

“Los ministros señalaron que se debe escuchar a las comunidades, tal como lo dicta la Constitución Mexicana y diversos tratados internacionales que México ha suscrito”, explicó.

Herman Beutelspacher recordó que la producción de miel en Yucatán genera trabajo para más de 11 mil familias campesinas de origen maya, mientras que en la Península se podría hablar de unas 20 ó hasta 25 mil familias.

Apuntó que el negocio de la miel generó ganancias por mil millones de pesos en el último año y su principal socio comercial son los países europeos, que prefieren la miel mexicana, por ser libre de transgénicos.

El caso de Monsanto llegó a la SCJN dado a su trascendencia y relevancia, y la posible afectación o alteración de valores sociales, así como la convivencia y bienestar para las comunidades apícolas mayas que habitan en la Península de Yucatán.

Producción y siembra

• En 2012, la Sagarpa autorizó a Monsanto la siembra de soya en 253 mil hectáreas en la Península de Yucatán, la Planicie Huasteca y Chiapas.
• La producción de miel en Yucatán genera trabajo para más de 11 mil familias campesinas de origen maya, mientras que en la Península se podría hablar de unas 20 ó hasta 25 mil familias.