Medicinas para el dolor sólo funcionan en 6 de cada 10 pacientes

Cada ser humano desarrolla y percibe el dolor de manera única, señala una especialista.

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Iztel Mayorga desarrolla una investigación en neuropatía: busca cómo impacta el dolor en las personas. (Milenio Novedades)
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José Salazar/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Cada ser humano desarrolla y percibe el dolor de manera única, en esto influyen factores sociales como el nivel de sociabilidad de la persona y si presenta algún grado de depresión o ansiedad.

“El dolor es una experiencia muy compleja, por esto se ha intentado clasificar de muchas maneras para entenderlo mejor y dar tratamiento. Se ha tomado en cuenta la duración, lugar donde se realizó el daño, severidad y respuesta al tratamiento, entre otras.

"Sin embargo, los rasgos de personalidad tienen más influencia sobre la sensibilidad del dolor y en el desarrollo de sus manifestaciones”, explicó la investigadora Itzel Montserrat Lara Mayorga, especialista en biomedicina.

La científica realizó un estudio que proporciona datos de la respuesta interindividual y bases para el desarrollo de tratamientos integrales más eficaces, con menos efectos adversos y específicos para cada persona, es decir, para realizar una medicina personalizada.

Lara Mayorga, quien realiza un doctorado en biomedicina en la Universidad PompeuFabra, España, con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), centra sus investigaciones en el dolor neuropático porque, indicó, es un tipo de dolor muy especial, muy difícil de diagnosticar y por lo tanto de tratar, además está relacionado con una serie de condiciones muy frecuentes en la población mundial.

Hoy en día el tratamiento del dolor neuropático incluye terapias farmacológicas y no farmacológicas

“El dolor neuropático es un dolor crónico que se produce como resultado de una lesión en sistema nervioso. El daño puede afectar el sistema nervioso periférico produciendo dolor neuropático periférico, por ejemplo en pacientes con polineuropatíadiabética o relacionada con el Sida, neuralgia posherpética o radiculopatía lumbar”, explicó.

Abundó que también existe el dolor neuropático central, el cual ocurre cuando la lesión se produce a nivel sistema nervioso central, tal es el caso de lesiones medulares o esclerosis múltiple, entre otros padecimientos.

“El hecho de que la sociabilidad, la depresión y la ansiedad estén asociadas con la percepción del dolor se debe a que las áreas cerebrales donde éstas se regulan se encuentran involucradas en la modulación del dolor. La bioquímica de nuestro cerebro determina en gran manera cómo nos comportamos. Si partimos de estados basales diferentes, el desarrollo del dolor variará dependiendo de esta respuesta inicial”, explicó Itzel Lara.

El estudio, que forma parte del proyecto europeo Neuropain, es de gran relevancia ya que el dolor y sus alteraciones nociceptivas (clase de dolor que se siente cuando uno se quema, se tuerce el tobillo o se golpea un dedo del pie), emocionales y cognitivas pueden agravarse recíprocamente y llevar a un círculo vicioso que afecta negativamente la calidad de vida de los pacientes.

“Así como existe una respuesta personalizada a los tratamientos, también hay una gran variabilidad interindividual en el desarrollo de las manifestaciones del dolor neuropático que depende de los rasgos de personalidad de cada paciente. Por lo tanto es muy importante considerar estas manifestaciones para dar un tratamiento adecuado a cada paciente”, dijo. 

Hoy en día el tratamiento del dolor neuropático incluye terapias farmacológicas y no farmacológicas. Los pacientes reciben múltiples medicamentos con mecanismos de acción divergentes que trabajan de manera conjunta para disminuir las manifestaciones centrales y periféricas del dolor, resaltó Lara Mayorga.

“Desafortunadamente se ha reportado que después de un tratamiento farmacológico solo entre 60 y 70 por ciento de los pacientes logra un alivio moderado del dolor. Las terapias actuales además de la limitada eficacia están asociadas con importantes efectos secundarios que limitan su uso”, expresó la maestra en ciencias.

El dato
  • Los tratamientos farmacológicos para combatir el dolor solo funcionan en 60 de cada 100 personas que los reciben.
  • La respuesta al dolor depende de los rasgos de personalidad de cada paciente, por lo que se requiere elaborar tratamientos individualizados para tratarlo.

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