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BUCTZOTZ, Yuc.- Trabajadores que se dirigían a sus ranchos o parcelas utilizando la vía a X-Bec se llevaron una sorpresa al encontrar a un costado de la carretera el cadáver de un felino que presentaba signos de tener varias horas de muerto, pues ya empezaba a despedir un olor desagradable.

Enseguida algunos le tomaron fotografías y las subieron a Facebook, lo que generó que la noticia se expandiera de inmediato, al grado de que se enteró la Policía Estatal, que envió a una de sus patrullas al lugar del hallazgo. 

Siguiendo con el protocolo, informaron de lo anterior a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y poco después se presentaron al lugar unos empelados de esa dependencia federal, que indicaron que se trataba de un ocelote (Leopardus pardalis) de aproximadamente cuatro años de edad.

Durante las diligencias de levantamiento del cuerpo del animal, se percataron que tenía seis impactos de perdigones, con entradas que indican que recibió un disparo de arriba hacia abajo, es decir, que fue cazado en algún rancho cercano en el transcurso de la noche y posteriormente arrojado en la orilla del camino, a un kilómetro aproximadamente de Buctzotz rumbo a X-Bec.

El personal de la Profepa retiró el ocelote en estado de descomposición para trasladarlo a Mérida.

Hace apenas unos días publicamos que se está preparando un censo de los jaguares que habitan en la Península de Yucatán, a fin de implementar estrategias que permitan una mejor conservación de estos felinos.

De acuerdo con lo que informamos, de los más de 4 mil ejemplares que se registraron en un censo nacional, aproximadamente la mitad viven en la Península de Yucatán.

Tanto el jaguar como el ocelote, felinos endémicos de la Península de Yucatán, se encuentran en la categoría de peligro de extinción, debido a que el fomento indiscriminado de la ganadería afecta su hábitat natural. Muchos ganaderos los cazan porque matan sus animales.