Luchadora incansable por los derechos de discapacitados

Dulce María Caballero Encalada, fundadora de Aypadem, afirma que la generosidad y el carácter son valores de vida.

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"Antes en Yucatán no se podía hablar de derechos, eso no existía, pero con el esfuerzo de todos los que nos interesamos, como sociedad civil organizada planteamos la necesidad y empujamos las iniciativas”, dijo Dulce María Caballero Encalada. (Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Dulce María Caballero Encalada, fundadora de la Asociación Yucateca de Padres de Familia Pro-Deficiente Mental A.C (Aypadem), con 45 años de labor en el tema, es sinónimo de generosidad y carácter, dos valores que la impulsan a ayudar y luchar incansablemente por los derechos de las personas con discapacidad. 

Su organización creada en 1985 es referente y pionera en atención e impulso de iniciativas que se conviertieron en ley, gracias al trabajo coordinado con otras asociaciones.

En diciembre de 2014, los diputados de la Comisión Especial Temporal de Postulación de la Medalla Honor “Héctor Victoria Aguilar” designaron por unanimidad que la señora Dulce María Caballero Encalada de Solís recibiera la presea que otorga el Congreso del Estado.

El reconocimiento también es para todo el equipo que colabora con ella, como Sandra Abril Pérez Monje, su brazo derecho, amiga y también madre de un hijo con discapacidad, que se sumó a la lucha y al trabajo diario en la asociación.

Infancia detonadora de su labor

Entrevistada en su segundo hogar, las instalaciones del Aypadem, recordó cómo desde niña su madre cultivó el carácter. A sus escasos cuatro años le enseñó el valor de ejercer sus derechos; a defenderse y cuidar su cuerpo por sobre todas las cosas.

Por su parte, su padre ejercía la generosidad a tal grado que podría donar hasta la última moneda de su bolsillo. Ambas figuras influyeron en su formación humana al ver como sus padres prácticamente armaban comedores comunitarios en el patio de su casa para atender a gente necesitada.

El inicio de un camino en la sociedad civil organizada

Dulce María Caballero contrajo nupcias con el connotado biólogo Manuel Solís Ramírez, con quien procreó dos hijos, ambos con una discapacidad, situación que en vez de encerrarla en el espiral del ¿por qué? la condujo al terreno de los ¿para qué?

De esta manera, con esa energía y espíritu inquebrantable que la caracteriza, se movió para que sus hijos tuvieran educación y atención temprana.

Con el apoyo incondicional de su esposo, y motivada por el amor de sus hijos, se fue involucrando en sociedades de padres de familia, primero como integrante y posteriormente como presidenta, así comenzó su camino a favor de las personas con discapacidad desde la sociedad civil.

Caballero Encalada ha sido integrante del Centro Audiológico, dependiente en ese entonces del DIF Yucatán; ayudó a la fundación del Centro de Atención Múltiple “Benito Juárez”, a la creación de las Olimpiadas Especiales en Yucatán y en 1985 fundó la Asociación Yucateca de Padres de Familia Pro-Deficiente Mental, A.C. (Aypadem) para aquellas personas que egresaban de las escuelas de Educación Especial y no tenían una capacitación para el trabajo.

Desde 1986 pertenece a la Confederación Mexicana a favor de las personas con Discapacidad Intelectual (CONFE, A.C.), cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y sus familias, buscando su plena integración en la sociedad.

Desde 2002 a la fecha es representante de las personas con discapacidad en el Consejo Promotor Estatal, y desde 2007 es vocal del grupo Rompiendo Barreras, A.C, promotor de los derechos humanos de las personas con discapacidad.

Trascendiendo en el marco legal para personas con discapacidad

“Antes en Yucatán no se podía hablar de derechos, eso no existía, pero con el esfuerzo de todos los que nos interesamos, como sociedad civil organizada planteamos la necesidad y empujamos las iniciativas”, recordó la señora Dulce Caballero, quien sin temor ha expresado señalamientos puntuales a las autoridades correspondientes para exigir que a aquellos con alguna discapacidad se les trate como personas, con todos sus derechos, tal como lo indica el artículo 1 de la Constitución Política de México, en el que no hay distinción. 

Destacó que a pesar de los avances legales, en la actualidad persisten prácticas que propician la exclusión, marginación y discriminación, porque del dicho al hecho sigue habiendo mucho trecho.

Con la claridad que la caracteriza, indicó que la incorporación de las personas con discapacidad debe estar en agenda nacional para contribuir a mejorar su calidad de vida, su reconocimiento en la sociedad y generar condiciones que permitan sumarlos al desarrollo de un país que, para ellos, continúa inaccesible en muchos ámbitos.

Como parte de un grupo de asociaciones, impulsaron la aprobación de la Ley para la Integración de Personas con Discapacidad del Estado de Yucatán, publicada en el Diario Oficial del Estado de fecha 16 de mayo de 1996, la cual quedó abrogada cuando entró en vigor en 2012 la Ley para la Protección de los Derechos de las Personas con Discapacidad del Estado de Yucatán. Entre una y otra se luchó para la implementación de la reglamentación, porque la intención no es suficiente si no hay una instrumentación, la acción.

Lo que viene…

Dulce María tiene el reto de seguir formando a su equipo para que continúe la labor de la Aypadem, con acciones como el baile precarnavalesco, un evento en honor al Día del Amor y la Amistad y el certamen de Señorita Juventud Yucatán. 

Además, este año tiene la responsabilidad de ser anfitriona junto con la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey) para organizar el foro regional “México ante la mirada del mundo: retos y perspectivas sobre derechos humanos y personas con discapacidad”, donde se reflexionará sobre las recomendaciones emitidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como resultado de la revisión de México el pasado 16 y 17 de septiembre en Ginebra, Suiza.

Perfil
  • Dulce María Caballero Encalada nació el  23 de febrero de 1942.
  • A pesar de contar con numerosos reconocimientos, destaca que el más importante es el de las familias y personas beneficiadas por la labor de Aypadem, una obra que considera de Dios, por las bendiciones que ha recibido y han permitido sortear las crisis.

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