William Sierra/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) no es algo nuevo, pero es ahora en que se recurre a ella dadas las circunstancias de la crisis que se está viviendo en el mundo, pues ofrece mediante el mensaje evangélico hacer realidad obras de justicia, a favor de los más necesitados en la tierra, dijo la Lic. María de los Ángeles Matos González.

La profesional señaló que la DSI es parte integrante de la nueva evangelización, que dentro de esta perspectiva social ofrece métodos para hacer transformaciones reales.

“Precisamente de esta realidad vemos que hay mucha pobreza, miseria, gente sin trabajo. Por ellos, nosotros los cristianos debemos llevar y vivir la palabra de Dios con la gente más necesitada. Realmente hay que  vivir de acuerdo con los valores cristianos”, dijo la maestra en DSI en la Universidad Pontificia de Salamanca.

También mencionó que la Doctrina Social de la Iglesia ayuda a ver la realidad, a tener una actitud crítica, reflexiva, a pensar y especialmente a ver la presencia de Dios en esta cruda realidad que nos está tocando vivir para transformar y llevar el evangelio a esos ambientes.

La socia fundadora del Instituto Peninsular de Formación para Laicos mencionó que es importante defender la vida, la cual se promueve desde el inicio de la concepción, hasta los últimos días.

“A la vida hay que defenderla todo el tiempo, antes durante y después”, enfatizó.

También señaló que con esta doctrina se nos enseña hacer algo con la gente que no tiene trabajo, que no tiene dinero y comida para llevar a su familia.

“Lo que se trata es ser activos, involucrarnos con la gente más necesitada,  en todos los niveles, edades, y diferentes circunstancias”, dijo.

Entre las acciones que se busca mediante la DSI están erradicar la pobreza extrema y el hambre, hacer llegar la educación a todos, promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir enfermedades causantes de gran mortalidad, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

Por último, enfatizó que es necesario entender que los valores cristianos forman parte de uno mismo, y “no debemos ser ajenos a lo que nos sucede en nuestro entorno, necesitamos pensar en los demás”.