Agencias
MÉRIDA, Yuc.- Especialistas del Centro de Investigaciones Regionales “Hideyo Noguchi” (CIR) de la Uady pondrán en fase de “experimentación biológica” una vacuna contra el mal de Chagas, proyecto multinacional en el que participa esta institución.

El director del CIR de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), Jorge Zavala Castro, estimó que a finales de este año entraría en vigor la segunda fase de la experimentación del biológico, con la utilización de perros de la raza Beagle.

En rueda de prensa, reportó que finalizó la primera parte del proceso de experimentación para la prevención y control de esta patología con su aplicación en ratas y ratones, aunque señaló que aún se requiere una década para su aplicación en humanos.

“Se eligió la raza Beagle por estar dentro del protocolo internacional para el desarrollo de proyectos de investigación”, en este caso el desarrollo de una vacuna dentro de la fase de experimentación con animales, detalló.

Dio a conocer que están en trámite los permisos para la experimentación con caninos, labor a cargo de la Universidad de Tulane, Estados Unidos, aprobación que se espera obtener este año.

El desarrollo de la respectiva dosis, citó, es parte de un proyecto a largo plazo, ya se tuvo un logro con roedores, ahora se espera que sea con perros, buscando que la respuesta de inmunidad sea similar a la del hombre, antes de su aplicación directa en personas.

Reveló que el desarrollo del biológico contra la tripanosomiasis americana (enfermedad de chagas) se realiza en coordinación con expertos de diversas instituciones y se espera que se pueda aplicar en humanos en un plazo de entre siete y 10 años.

Esta, abundó, es una de las enfermedades olvidadas y asociadas a la pobreza, pues en la mayoría de los casos ocurre en zonas rurales.

El mal de Chagas es una de las “enfermedades olvidadas”, la cual es transmitida por la picadura del insecto Triatoma dimidiata (conocido en Yucatán como pic), la cual provoca el engrandecimiento de órganos internos, principalmente el corazón, hasta en un 25 por ciento.

“El vector del mal pica al hombre para succionar su sangre y cuando concluye, defeca en la piel humana, dejando libre el parásito Trypanosoma Cruzzi, el cual ingresa al cuerpo a través de heridas”, detalló.

Después de cinco a 40 años de alojamiento provoca un engrandecimiento de los órganos, sobre todo del corazón, y en algunos casos provoca una muerte súbita, pues mucha gente desconoce que es portadora del vector, alertó.

(Con información de Notimex)